Después de todo lo que nos pasó, muchos creen que lo único que merece es mi odio, mi rechazo, que jamás lo perdone. Pero no. No era así. Lo que él merecia era mi amor, era mi aceptación, mi perdón. Lo que él merecia era a mi.
Era como un círculo vicioso; el era mi droga, yo era su diversión. Pero como he dicho antes, el era mi droga y aunque yo sabía que me hacía daño, no lo podía dejar.
Yo lo necesitaba.
Sin él no era feliz, me sentía incompleta, me hacían falta colores, olores, esencias.
Me faltaban las palabras, me sobraban las lágrimas.
Se preguntan cómo puedo estar con alguien como él y en realidad la respuesta es un poco complicada, pero la resumo en un simple 'me acompleta'.
Y a mí mala suerte es como me gustan, alto, flacucho sin chiste, se la vive despeinado y tiene esos ojos cafés que a cualquiera matarían.
Nuestro amor está tan extraño, a pesar de que fueron dos años, todo era tan efímero.
A pesar de todo lo que pasamos, a pesar de todo lo que me hizo, a pesar de todo lo que le hice, a pesar de todo ese sufrimiento, a pesar de todo ese amor; nuestra única recompensa al terminar el día, era volver a estar juntos.
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Algo efímero y doloroso.
PoesíaEscuchar su nombre me hacia sentir escalofríos, hacia que mi corazón se rompiera en pedazos.