Sentimientos

Capítulo 3: Llamada

                                                                                  SENTIMIENTOS

                                                                                      Capítulo 3

                                                                                     "Llamada"

Las semanas siguieron pasando y Pan seguía estudiando en la Universidad, Thomas enfocado en su trabajo. Cuando suena el timbre del departamento.

—¿Si? —preguntó mientras apretaba el botón del intercomunicador.

—Pan, ábreme, perdí las llaves —mientras seguía buscando en su bolsillo.

—¿Thomas? —miró su reloj, arrugó la frente al parecerle extraño que estuviera en casa a esa hora.

—¡Claro! ¿Quién más podría ser, linda? Apresúrate que con este calor se derrite el helado que traigo.

—Sí —apretó el interruptor para abrir mientras se relamía los labios al pensar en helado. Jamás cambiaría, el helado era de su favorito de muy pequeña.

Mientras Thomas estaba en la cocina sirviendo las copas de helado, Pan le habló:

—¿A esta hora no deberías estar en la empresa? —apartó libros y cuadernos que habían sobre la mesa.

—Si, pero me dieron la tarde libre para preparar los asuntos del viaje, apenas me queda una semana para partir —dijo mientras se acercó a Pan para entregarle su copa—, ¿ya no lo recuerdas?

Ella lo miró sorprendida— Se me olvida todo, sólo recuerdo mis exámenes finales.

—Lo suponía, últimamente estás en las nubes —le acarició una de sus mejillas. Le genero ternura, ella siempre era tan despistada en ciertas situaciones.

Pan sonrió— Si, sabes que sólo me quedan las próximas dos semanas, llenas de exámenes por cierto, pero ya vienen las vacaciones —dijo con rostro esperanzado, con una gran sonrisa.

—Si, lo sé. Con mi viaje, al menos, tendrás más tiempo de concentración ya que no te distraeré en casa — mirando que los oscuros ojos de su amada se volvían tristes.

—No me gustan esos viajes tan largos tuyos, un mes es demasiado tiempo, antes sólo eran unas par de semanas —comentó con un puchero fingido, aunque no del todo.

—Lo sé, pero no puedo hacer nada, sabes cómo es mi trabajo. Así que no te pongas triste, no me gusta verte así —dejó las copas de helado a un lado y rodeó con sus brazos a Pan.

En eso, suena el teléfono, Pan se levantó de inmediato tratando de disimular su tristeza.

—Debe ser Bra —comentó—, hace un rato atrás llamó y dijo que me tenía una sorpresa, pero no me lo contó, tenía que salir —puso los ojos en blanco mientras miraba a Thomas al coger el teléfono.

—¿Hola? —con el teléfono en su oreja se acomodó en el sofá donde se había ido Thomas.

—¡Hola Pan! —se escuchó al otro lado de la conversación.

—Bra, qué bueno escucharte, ya me tienes nerviosa con tu sorpresita, ¡cuéntame!

—¡Ahh! ¡Si! ¡Es increíble! pero llamo para saber cuándo sales de vacaciones, porque no te contaré nada aun —la hija de Bulma rió a todo pulmón, mientras Pan pensaba en que su amiga con los años no cambiaba nada.