Capítulo Cuatro

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Notas Principales:

¡hola!

Esta vez no me tardé tanto en actualizar, ¿o sí? XDD

Muchas gracias a: Vianna20, TheEmpressD, RinTetsuya, LoveAnimeJkV, AliCEliona, ParnerLevi, Mimikocchi, uzumaki-sama, MichelleLopez542, CremadeChocolate; por sus hermosos y cuquis comentarios, en verdad me hacen muy feliz ;___; También muchas gracias a las personas que votaron <3

La razón porque actualicé pronto es por el cumple de Kurokocchi ;__; —que aún no es, pero ese día no estaré D:—, y porque aún continuó de vacaciones :D

¡Espero que les guste el siguiente capítulo!~

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—Capítulo Cuatro—

...

Minutos que parecieron horas se reflejaron en el azul cielo de los ojos de Tetsuya, Momoi pudo jurar que cientos de lágrimas se formaron debajo de las pupilas del príncipe, impidiéndole dejarlas salir por la impotencia del momento. Kuroko solo se mantuvo ahí, observando la amplia puerta por la que Kise Ryouta había salido hace unos instantes, mientras aquellos insultos recibidos permanecían dando vueltas por el aire imposibilitándole respirar como de costumbre.

Tetsuya miró al suelo y descubrió aquella nota de papel por la cual el príncipe de Kaijo lo había difamado segundos atrás, la leyó detenidamente admirando las palabras escritas en una hermosa caligrafía. Las ganas de llorar se le quitaron de repente.

"No permitas que nadie te haga llorar, mi príncipe"

Se quedó ensimismado dentro de sus pensamientos, para luego mirar a su amiga.

—Momoi-san, ordena que preparen un carruaje y a la escolta, saldremos directo al pueblo—. La chica lo miró con una mueca de intriga, la que cambió segundos después, no podía negarle nada a su príncipe. —Me acompañaras hoy mismo a romper todas las cláusulas que nos atan al príncipe Kise y a mí—.

—Tetsu-kun, no puedes hacer eso —. Exclamó exaltada. —Es una grave falta de respeto para la memoria de tu padre y para la honra del rey de Kaijo, podrías iniciar una pelea innecesaria por ese capricho—.

Satsuki poseía toda la razón, un compromiso de sangre dictado por dos reyes de distintos reinos, era algo más que una promesa de honor. Implicaba obediencia por ambas partes, además de respeto mutuo, y claro, si alguno de los dos involucrados decidía acabar con ello, se consideraba una ofensa de muerte.

—Lo sé—. Suspiró cansado. —Pero... estoy tan harto de todo esto, ¿sabes lo que me dijo el sanador hace unos meses? Auguró que solo viviría hasta cumplir 27 años, entonces, ¿Por qué no dejar libre al príncipe Kise antes de que eso pase? —.

La joven lo observó entristecida, ahí estaba presente la firme barrera que Kuroko lograba poner cuando se sentía abatido. Seguramente lo que en verdad quería evitar, era que con el pasar del tiempo esos ojos dorados lograran hipnotizar por completo su débil corazón y que en un futuro no tan lejano lo tuviese que abandonar, llevándose consigo sueños rotos y promesas inconclusas.

—Muy bien. Le diré tus órdenes a Koga-senpai, para que él le avisé a Mitobe-san. Arréglate un poco Tetsu-kun, regresaré en unos minutos—.

Luego de que Momoi se retirara, Tetsuya se miró al espejo, tenía los ojos sumamente rojos y unas ojeras bastante pronunciadas. La maldita enfermedad estaba haciendo de las suyas otra vez, ya era hora de parar tanto dolor para su persona.

El fantasma del Castillo AzulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora