Abro el armario. ¿Qué se supone que debo llevarme? Si nos vamos a las Canarias supongo que ropa de verano.
Es increíble, nos vamos dentro de unas horas y yo todavía no he hecho la maleta.
Saco un par de vestidos de verano y los dejo sobre la cama. Después voy al cajón donde tengo las camisetas de manga corta y cojo también unas cuantas.
Cuando ya lo tengo todo listo y metido en la maleta me dispongo a cerrarla pero... no cierra.
Hago varios intentos pero nada. Debería de comprarme una maleta más grande.
Entonces veo que entra Eva.
-Dice mamá que si ya tienes la maleta hecha.-entonces me ve, estoy encima de la maleta intentando cerrarla. Se ríe.
-¿Qué te hace tanta gracia?
-Nada. ¿Te ayudo?
Me bajo de un salto y le señalo la maleta dándole a entender que se suba encima. Ella obedece y yo consigo cerrarla por fin.
-¿Tú ya la tienes hecha?-le pregunto.
-Si. Mamá me ha dejado elegir a mi la ropa.
-Que miedo.
-Oye, no. Yo tengo mucho gusto.-dice toda indignada. Sonrío.
-Vale, ve a decirle a mamá que ya la tengo hecha. Yo me voy a dormir ya que mañana nos tenemos que despertar muy pronto.
Y la empujo fuera de mi habitación y cierro la puerta.
-¡Despierta! ¡Despierta! ¡Nos vamos!-me grita alguien.
Con lo bien que se está metido en la cama.
-Déjame dormir un poco más.-digo medio adormilada.
-No. Nos tenemos que ir.
-Ay ve tu.-digo incorporándome un poco e intentando abrir los ojos. Me cuesta ya que mi hermana ha encendido la luz y me deslumbra.
Consigo abrir los ojos y la veo. Ya está vestida y me mira con cara de no entender.
-¡Que nos vamos de vacaciones!-me dice.
Ay madre, es verdad, se me había olvidado.
-¿Qué hora es?-digo mientras cojo el móvil que está en mi mesilla de noche. Las seis de la mañana. Debería de ser un delito despertarse tan pronto un día de vacaciones. Pero la verdad es que cuando pienso en el sitio a dónde vamos a ir...
El que algo quiere algo le cuesta.
Me doy cuenta de que mi hermana me está mirando raro. Será porque parezco una boba mirando hacia el infinito como si me hubiera quedado extasiada.
-Dile a mama que ya voy.-digo despejándome y saliendo de la cama.
Eva sale de la habitación y rápidamente me arreglo. Cuando ya estoy lista bajo. Todos en la cocina.
-Mira quién se ha levantado por fin.-dice mi padre que está comiéndose una tostada.
-Y no te creas que no me ha costado.
Saco los cereales y la leche y me preparo un buen tazón de cereales.
-Vaya, hoy tienes hambre.-dice mi madre. Normalmente no desayuno.
-Pues si, tengo que cargar energías para hoy.
-Me alegro de que estés tan positiva.
-Pues no se ha levantado tan positivamente.-murmura mi hermana por lo bajo. Yo la dirijo una mirada asesina.
Llegamos al aeropuerto y, después de facturar las maletas, nos montamos en el avión.
Cojo mi Ipod nuevo y me pongo los cascos. Solo he volado una vez antes y me sigue dando un poco de respeto eso de ir por el aire, así que mejor ponerme música para relajarme.
Ayer no me apetecía mucho ir. Para mi la navidad significa reencontrarme con la familia, frío, refugiarte en casa con una manta y un chocolate caliente... Pero después de pensarlo creo que estas pueden ser unas muy buenas vacaciones. Qué digo, estas van a ser unas vacaciones geniales.
Si, hoy estoy positiva.
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Una cotilla de pacotilla
Humor''Una cotilla de pacotilla. Así es como se autodenomina mi hermana pequeña.'' Esta es la historia de unas vacaciones familiares en la que una adolescente de catorce años llamada Ester tiene que aguantar las ideas y locuras de su hermana de diez años...