Resuelto el problema de la ropa, ________ colgó el teléfono y se dispuso a seguir al pie de la letra las instrucciones de Helena. Cuando estuvo vestida, se secó el pelo y se maquilló un poquito los ojos. Al mirarse al espejo, decidió que no estaba nada mal, se veía atractiva y, si sus nervios no la traicionaban, podía incluso causar buena impresión. Ya eran las 7.30. Zayn le había dicho que tenían que salir a las 8.00, así que aún le quedaba un ratito para desayunar algo. Se dirigió a la cocina.
-Buenos días. -Zayn le sonrió a la vez que le servía una taza de té.
-Buenos días. Gracias. -______ aceptó la taza y se sentó. Estaba nerviosa y no quería echarse el té por encima; eso sí que sería un problema.
- ¿Estás nerviosa? -Zayn se sentó delante de ella-. No lo estés. Todo irá bien, ya lo verás. -Quería tranquilizarla y le acariciaba los nudillos con el pulgar.
- ¿Yo? No, bueno, sí, sí estoy nerviosa. No sé qué voy a hacer, seguro que, sea lo sea, no sabré hacerlo. Fallaré y tendré que volver a Barcelona, tú te enfadarás y Liam me matará. Así que sí estoy nerviosa y... ¿se puede saber por qué sonríes?
-Por nada. Cuando te pones nerviosa, empiezas a hablar sin sentido y me recuerda a cuando eras pequeña.
- ¡Vaya! Esto sí que es tranquilizador, ahora resulta que parezco una niña pequeña. -______ notaba que estaba cada vez más nerviosa y el hecho de que él la mirara con aquellos ojos tan dulces y que le acariciara la mano, no la estaba ayudando en absoluto.
-Eh, yo no he dicho eso. Vamos, no te preocupes, todo saldrá bien. Tenemos que irnos ya. Por el camino te cuento lo que vas a hacer y ya verás cómo dentro de una semana lo tienes todo controlado. -Zayn se levantó, dejó las tazas en el fregadero y recogió unos papeles que estaban en la mesa del comedor.
-______, ¿vamos? -le preguntó a la vez que abría la puerta de la calle.
-Sí, sólo espero que no te arrepientas.
______ cogió su bolso y, cuando iba a salir, Zayn le puso ambas manos encima de los hombros y la miró:
- ¿Sí? -preguntó ella ante su silencio.
-Nada, sólo quería decirte que estás guapísima.
Dicho esto, salieron del piso y Zayn cerró la puerta.
En la calle se notaba que era lunes y que la gente tenía que ir a trabajar; todo el mundo parecía llegar tarde. ______ y Zayn se dirigieron al metro. 'The Whiteboard' estaba sólo a dos paradas y, mientras esperaban, Zayn le contó los distintos caminos que podía utilizar para ir al trabajo y las ventajas e inconvenientes de cada alternativa. Cuando salieron del vagón, a ______ empezaron a temblarle las piernas y se sentó en un banco de la estación.
- ¿Qué te pasa? ¿Te encuentras mal? -le preguntó Zayn preocupado.
-No, bueno -respondió ella sin mirarlo a la cara-. Estoy nerviosa y, cuando estoy nerviosa, además de hablar sin sentido, me tiemblan las piernas. Es sólo un momento.
Zayn se sentó a su lado y le puso una mano sobre la rodilla.
-No te preocupes. -Tras un silencio añadió-: Creo que nunca me había sentado en un banco del metro. ¿Sabes?, ______, desde que has llegado, y sólo hace tres días, me siento distinto. El problema es que aún no he decidido si me gusta o me molesta.
Este último comentario consiguió llamar la atención de ______, que levantó la cabeza y se encontró mirando directamente a Zayn a los ojos, con lo que él se atrevió a añadir:
-Aunque hay una cosa que sí tengo clara.
- ¿Ah, sí?
-Sí, y es que me da miedo averiguarlo.
______ vio que hablaba en serio. Aquel hombre de casi dos metros, que había cruzado medio mundo persiguiendo noticias, le tenía miedo. Pero en sus ojos ámbar había algo más que miedo; había curiosidad. La misma curiosidad que había en los de ella. No era la fascinación infantil que había sentido de pequeña, sino algo más profundo, más real. Zayn desvió la vista hacia sus labios. Seguía sin decir nada y ella tampoco sabía qué responder a su último comentario. Él la miraba concentrado, como si estuviera sopesando qué decir y cómo decírselo. A ______ se le empezó a acelerar el pulso, y la estampida de búfalos que había sentido cuando lo vio días atrás, volvió a atravesar su estómago. Zayn parecía fascinado y, despacio, levantó la mano y la acercó al rostro de ______. En ese instante, el resto del mundo desapareció. La estación de metro, la gente, el ruido, todo. Sólo estaban ellos dos mirándose a los ojos como si fuera la primera vez. Zayn le acarició la mejilla, sus dedos temblaban casi tanto como las piernas de ______. Le recorrió la ceja con el dedo índice, resiguió lentamente la nariz y se detuvo encima de sus labios. Una breve pausa y su boca siguió el mismo destino.
Zayn se apartó como si de repente se hubiera dado cuenta de dónde estaban. Respiró hondo y carraspeó. Cuando volvió a hablar, ______ no supo si habían pasado dos minutos, dos segundos o dos horas.
-Deberíamos irnos. -Se levantó y esperó a que ella hiciera lo mismo-. Es por aquí -señaló Zayn. La cogió por el brazo y se detuvo de nuevo delante de ella-. ______, lo siento.
- ¿El qué? -Ella fingió no saber a qué se refería.
-Eh... -Zayn se sonrojó de nuevo-. Haberte... besado. -Ni él mismo sabía cómo definir lo que acababa de pasar.
-Ah, eso. -Hizo un esfuerzo por no ruborizarse y aparentar normalidad-. No te preocupes. Ya sabes, los latinos somos muy cariñosos, y al fin y al cabo tú sólo eres medio inglés, ¿no? -______ no sabía cómo se le había ocurrido semejante tontería-. Además, seguro que no te has olvidado de que en mi familia todo el día nos estamos besuqueando y abrazando. Aún me acuerdo de lo incómodo que te sentías cuando mi madre te abrazaba.
-Ya, claro -farfulló Zayn agradecido por el cambio de enfoque-. No quisiera que te sintieras incómoda conmigo. No debería haberlo hecho.
-Para ya, pareces sacado de una novela de Jane Austen. No me siento incómoda contigo, y tampoco voy a llamar a mi padre o a mis hermanos para que te obliguen a casarte conmigo.
-Me alegro. -Zayn empezaba a relajarse de nuevo, pero siendo sincero consigo mismo, tenía que reconocer que le molestaba un poco que ella no estuviera más afectada por su beso-. Deberíamos acelerar el paso o no llegaremos.