Prologo

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Frank es un hombre solitario y humilde, bastante tacaño, siempre le gusto ahorrar, en todo sentido, ya sea desde dinero hasta tiempo. Vivía en un una ciudad normal, pero en un barrio un poco raro.

Era una cálida mañana en la casa de Frank, muy temprano, como todas las mañanas, el ya estaba despierto y listo para desayunar e irse a su trabajo.

Luego de haber desayunado y haberse arreglado, toma su mochila y su bicicleta y parte hacia su trabajo.

Frank iba con una gran sonrisa en su rostro saludando a sus vecinos que a esa hora ya estaban despiertos, algunos regando sus jardines, otros paseando a sus mascotas y otros solo caminando, como acostumbraban hacerlo cada mañana.

Ya un poco lejos de su casa, Frank comienza a notar algo raro, un silencio inexplicable, no corría ni una gota de viento, lo pájaros ya no cantaban, ningún ruido podía oírse.

Cuando de pronto, se dio cuenta que algo muy malo estaba por venir.

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