Prólogo.

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-No, Danielle, no quiero ir a la estúpida fiesta de Bradley.-mi voz sale cansada, pongo los ojos en blanco ante su insistencia.

-Louis, vas a ir y punto.-me dice al otro lado de la línea, yo quito el alta voz de mi móvil y llevo el aparato a mi oreja.

-¿Porqué te empeñas en molestarme?-le pregunto fastidiado.-Bradley me odia, yo lo odio, él hace una fiesta, yo no voy a su fiesta y todos felices.-sonrio ampliamente aunque no pueda verme.

-Necesitas socializar más.-me responde, casi con súplica.

-Danielle, no quiero presumir, pero soy el popular del instituto. ¿Socializar? Es cosa de todos lo días.-le digo con cierta petulancia.

-Buen punto, como el popular del instituto vas a ir a la fiesta más esperada del año.-me detuve en seco al escuchar sus palabras, detestaba lo terca que era algunas veces.

-Bien, iré a la jodida fiesta.-le respondo con un gruñido.-Pero no pienses que te acompañaré a ningún otro lado, ¿entendido?

-Claro, Lou. Nos vemos a las ocho, ¡te quiero!-Y con eso colgó la llamada.

Solté un suspiro de alivio, finalmente tenía unos segundos de paz. Danielle era mi hermana gemela, una chica de casi mi misma estatura, cabello castaño de envidia, buen gusto por la moda e igual de popular que yo. Danielle había pasado al menos una eternidad insistiendome respecto a la estúpida fiesta de su ex novio Bradley, no entendía por que se ceñía en ir, su historia acabo, debería de superarlo. Miré por la ventana de mi habitación, hacia un muy buen día, quería salir e ir a patinar un rato, pero mi pereza era mayor así que me dejé caer sobre la almohada y cerré mis párpados, quedándome dormido.

A las horas, mi celular sonó insistentemente, haciendo que me despertara soltando un gruñido y lanzando la almohada contra la pared. Con mis ojos entreabiertos tomé mi celular de la mesa de noche y contesté la llamada.

-¡Louis Tomlinson!-la voz molesta de Danielle llenó mis oídos.

-Joder, ¿qué pasa ahora, Danielle?-le pregunto, tallando mis ojos.

-Te quedaste dormido, ¿cierto? Son las siete y media, genio.-sus palabras me alteran, haciendo que me despierte por completo y mire hacia el ridículo reloj que había en mi mesa de noche.

-Maldita sea.-murmuré por lo bajo.-¡Yo no quería ir en primer lugar!-y con eso colgué la llamada y lancé mi celular en la cama.

Corrí a mi armario, sintiéndome abrumado, saqué unos skinny jeans negros, una camisa negra con el logo de ADIDAS en blanco y unas vans del mismo color. Me metí a la ducha lo más rápido que pude, deseando ser Flash. Me duché en menos de diez minutos y me vestí casi que en cinco. Danielle estará furiosa conmigo y aquello me molestaba, ella fue la que me obligó. Acomodé mi cabello húmedo con una mano, me eché loción, tomé las llaves de mi auto, mi billetera y mi celular para bajar las escaleras corriendo e ir directo a la cochera. Estaba seguro de que manejé como un loco, superando el límite de velocidad, rogaba mentalmente no encontrarme con un tráfico o algo así, aquello sería bastante malo. Llegué a la casa de Susan, la mejor amiga de Danielle y entonces ellas salieron a recibirme, casi que las cargué y las metí en el auto, sabía muy bien que Susan lo habría deseado, ella tenía cierta atracción por mi desde primer año, pero esa chica si que tenía mala suerte, yo no estaba interesado en ella, en ninguna chica en general. Conduje con más precaución esta vez, Danielle puso la radio y una canción estúpida comenzó a sonar, le resté importancia y apagué el estéreo antes de llegar. Estacioné el auto a unos metros más allá de la entrada y entonces bajamos del mismo para caminar hacia el lugar. La música electrónica, las risas, las murmuraciones, todo eso llenó mis oídos y el olor a tabaco, drogas y licor se impregnó en mis fosas nasales. En otra situación habría estado emocionado por una fiesta, pero hoy sólo quería encerrarme en mi habitación o golpear a alguien. Cuando entré en el lugar fui rodeado de gente ebria por doquier, personas bailando donde sea, algunas parejas besuqueandose en las esquinas y de repente, Bradley aparece, con una chica colgada a él.

-Bienvenidos a la mejor fiesta de sus vidas.-habla con petulancia, sonriendo ampliamente.

-¿La mejor?-le pregunto con incredulidad, cruzandome de brazos.-Sigue soñando, amigo.-le doy unas palmadas en el hombro y entonces me voy directo a la cocina, donde supuse que estaban las bebidas.

Al entrar me encuentro con un par de chicos, acorralando a alguien en una esquina, al principio lo dejé pasar ya que parecía que sólo estaban hablando, pero en el momento en el que uno de ellos le brindó un golpe al chico en el estómago mis sentidos se activaron. Me acerqué con cuidado, observandolos de lejos, no reconocía a ninguno de los tres chicos, pero en definitiva me di cuenta de que le estaban dando una paliza a un completo nerd.

-Vaya rata de biblioteca estás hecho.-se burló uno de ellos, el rubio, quitándole las gafas de pasta negra que enmarcaban sus ojos.-¿Eres tú el que está enamorado de Kenny? Quieres que te dé duro, ¿no es así?-continuó hablando, burlándose del chico.-No sabes lo que es una noche con él, yo, en definitiva, sí.

-¡Ya basta!-chilló el chico indefenso y aquello me hizo hervir la sangre.

-Oh, ¿quieres que pare?-habló el castaño esta vez, riéndose.-Apuesto a que no dirías lo mismo si te pongo debajo de mi.-Aquello fue mi detonante.

Me lancé sobre el castaño, brindándole un buen golpe en su mejilla izquierda, haciendo que cayera al suelo. Los tres me miraron con sorpresa. Me agaché a su altura y entonces le di golpes repetitivos, constantes, desfigurando su rostro, él hacia el mayor esfuerzo por cubrirse, pero fallaba.

-¡Detente!-gritó el rubio observando la escena con horror.

-Oh, ¿quieres que pare?-le dije, en el mismo tono que el castaño, poniéndome de pie y acercándome al rubio.

Él retrocedió, con temor, hasta quedar contra la pared, yo lo acorralé con mis brazos a sus costados. Sonreí ampliamente al darme cuenta de que me temía.

-Deja al chico en paz.-le exigí con tono amenazador y entonces él asintió efusivamente.

Me alejé de él, pero al ver su cara de alivio, tuve que devolverme y brindarle un golpe en el rostro, haciéndole un corte en la mejilla. Ambos chicos se incorporaron a duras penas y entonces huyeron de ahí, dejándome con el chico que estaba siendo molestado. Mis ojos encontraron los de él, el chico se veía devastado, con sangre en su labio, su nariz enrojecida, sus ojos inyectados en sangre y su cabello perfectamente peinado ahora era un desastre. Mi vista bajó a sus manos, sus lentes estaban partidos a la mitad.

-¿Te encuentras bien?-le pregunté, él suspiró.

-¿Recibir una paliza? Cosa de todos los días.-me responde, yo sonreí de lado, aquello me recordó a mi.

-Soy Louis.-le digo, ayudándolo a incorporarse.

-Harry.-me dice, dedicándome un atisbo de sonrisa.

Saludo a todas en WSRM
Ojalá y les guste.
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Mess Up Twins. | Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora