Nada es lo que parece II

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Mientras todos, o casi todos, dormían, el corazón de Clarke gritaba desesperado.

Le había prometido a Bellamy y a su madre que no se iba a ir hasta la mañana siguiente. Realmente le hacía falta dormir en un sitio donde su corazón volviese a sentirse tranquilo pero después de la información que Bellamy le había proporcionado, no era el caso.

¿Cómo era posible que Lexa hiciese eso por ella? La dejó en la estacada, sin ayuda en un mundo que aún, en este momento, no llegaba a entender. Su madre le dijo que debía entenderla, que era su gente, que era como se había criado, los suyos ante todo y aún así la había antepuesto de aquella forma. Realmente tenía sentido pero no aliviaba el peso de su corazón.

Pensó en sus palabras "Todos tenemos que hacer cosas que no queremos Clarke", había tantas preguntas por responder que no sabía si sería capaz de hacerlas, no sin que sus instintos y su rabia quisieran atacar a Lexa.

Entre tanto pensamiento y tanta duda se quedó dormida. A la mañana siguiente se sintió como nueva, su descanso había sido reparador, la necesidad de dormir en un sitio algo más cómodo que la tierra y hojas. Mientras se incorporaba para levantarse, apareció Abby.

- Buenos días cariño, ¿cómo te encuentras? – preguntó acercándose.

- Bien – tocó el brazo de su madre en señal de cariño – Realmente lo necesitaba, ¿cuánto he dormido?

- Cuando apareces, duermes bastante – Clarke la interrogó con la mirada – Un día y poco, acaba de amanecer.

Clarke no se sorprendió ni se molestó, sabía que tenía asuntos pendientes que, con el corazón tranquilo, podían esperar un poco. Necesitaba a su gente.

Clarke salió del Arca para observar los últimos resquicios del amanecer, aprovechando para saludar a los que ya estuviesen despiertos. Había unos guardias y otros que se iban de caza, a lo lejos divisó a Marcus, que levantó su cabeza con gesto amable. Regresó dentro con su madre para ayudarle con el hospital, ordenarlo y, de paso, asearse y cambiarse de ropa, si es que encontraba algo.

El primero en aparecer por el hospital, esperando verla despierta, fue Jasper. Sin darse cuenta de su presencia, el joven habló.

- Ya creía que Bellamy te tendría que cambiar el mote.

Clarke se giró poco a poco, con miedo de esa voz, le había arrebatado a alguien importante, le había llenado la mirada de odio.

- Por la Bella Durmiente, si me lo preguntas – hizo un amago de sonrisa.

- Hola Jasper – se acercó a él - ¿Cómo estás?

- He estado peor, ¿a que sí Abby? – Abby se giró, presa de aquel intento de ironía, respondiendo solo con sus ojos - ¿Tú como estás?

- Jasper... De verdad, lo siento.

Jasper negó con la cabeza y se abalanzó sobre Clarke, en un abrazo. Le susurró un 'me alegro que hayas vuelto' y, al terminar, se fue.

- Solo necesita tiempo, está mejor créeme – lanzó Abby al aire, sabiendo qué pensamientos surcarían la mente de su hija.

- Voy a salir a ver a los demás.

Sus amigos estaban fuera de la tienda esperándola, sabían que ya había despertado y tenían tanto que agradecerle aunque ella creyese lo contrario. Uno por uno fueron abrazándola, transmitiéndole todo su cariño, su gratitud, animándola a seguir adelante y que no se marchara de nuevo. El corazón de Clarke se fue llenando poco a poco, ¿cómo podían haberla perdonado? Eso pensaba ella, había matado a más de trescientas personas y seguía siendo parte de ellos, era increíble aunque era real y quizás podría vivir con ello.

Nada es lo que parece > Clexa One shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora