Capítulo 30. Rutina mañanera.

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(Narra Naruto)
Wow, treinta capítulos. Muchas gracias por dejarme avanzar hasta acá.

3 meses después...

-Mmm...Sasuke...tengo frío...- balbuceo mientras muevo a Sasuke del hombro. Actualmente, con los siete meses de embarazo encima, me pongo muy sensible con estas cosas. Si tengo frío, ES FRÍO. Si tengo calor, es CALOR. A Sasuke no le molesta. Más bien, le da mucha risa.

-Pues levántate y trae otra cobija- me responde con la voz adormilada.

-No...ve tu...si me levanto me darán ganas de ir al baño...y esta obscuro y no quiero ir...- le respondo haciendo un puchero que el no ve, pero siente. Suspira un poco y se remueve, como haciendo un berrinche. Pero al final termina levantándose y saliendo de la habitación. Pasan uno...dos...tres...cuatro...cinco...seis minutos. Para este momento ya se que no volverá a la cama. Casi siempre lo hace. Pero otras veces...
En fin. Doy un largo suspiro y me levanto de la cama. Me toco un poco la espalda baja, porque mi vientre ya pesa, ¿que serán? ¿las tres de la mañana?
Salgo de la habitación y camino con cuidado por los pasillos hasta la habitación contigua, que será de el o la bebé. Y ahí esta. De nuevo se ha quedado dormido entre las cobijas que suele llevar para no pasar frío. A veces el sueño le gana y antes de poder llevarme las cobijas, se sienta y se queda dormido. O a veces se duerme en el pasillo. Me encanta verlo dormir. El rostro tan tranquilo y estable. Me recuesto a un lado de el y lo observó fijamente hasta quedarme totalmente dormido.

...

-Naruto...otra ves nós dormimos en este cuarto...-

-Fue tu culpa...-

-Siempre es mi culpa...-

-Tu eres el que se queda dormido aquí-

-Tu me sigues-

-Porque tengo frío, y necesito las cobijas-. Al final al parecer gano la discusión y siento su mano sobre mi mentón. Gira mi cabeza y me encuentro con la vista más hermosa que nadie jamás ha visto. Su bello rostro mañanero. Con el cabello revuelto y los ojos adormilados. Lo sabe. Sabe que esa es una debilidad para mi. Me conoce a la perfección.

-Amo cuando te enojas- me dice mientras aparte una sonrisa tierna en su rostro.

-A mi no me gusta enojarme-

-Pero siempre eres tan lindo cuando lo haces...-

-Si una persona se enoja, no se supone que se vea linda-

-Al parecer tu eres la excepción- me dice mientras sube una mano a mi mejilla, y la acaricia por completo.

-Me gusta ser la excepción de algo- le digo mientras muevo la cabeza al ritmo de su mano.

-¿Me das un beso?- pregunta con tono burlón. El sabe que debido a mi vientre es prácticamente IMPOSIBLE moverme para darle un beso. Así que solo pongo expresión de: "¿Enserio?" y pongo los ojos en blanco.

-No puedo-

-Ya lo se, pero te lo repito...te ves muy lindo cuando te enojas- me dice, y luego se inclina y me besa suavemente.

-Aja- le digo cuando se separa y se levanta.

-Anda, vamos a desayunar- me dice tendiendo una mano enfrente de mi. La tomo y hago un esfuerzo glorioso con las piernas para levantarme. Estando de pie el me atrapa con sus brazos y pone una mano sobre mi vientre. Esperamos unos diez segundos con los ojos cerrados luego pasa. El o la bebé da golpecitos en mi vientre. Golpecitos que a Sasuke le encanta sentir. El sonríe mientras los siente y después solo abre los ojos y me mira. Ríe un poco y luego se agacha para besar por encima de la playera.

-Me haces muy feliz- dice con la frente apoyada en mi vientre.

-Y tu a mi- le respondo entre risas.

-No te hablaba a ti, pero igual me haces feliz- me dice, levantando la mirada. Obviamente aprovecho y le doy un golpe en la nuca.

Un amor de aquellos... [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora