La joven se retiró de la habitación mientras yo empezaba a devorar el desayuno,sentía como si no hubiera comido en una semana. Por esto acabé toda la comida en quince minutos.
Decidí hacer caso del consejo de la muchacha que me trajo el desayuno, a pesar de que no tenía ni la más mínima idea de cual era mi "situación" y quién carajos eran los hermanos Jones. Igualmente tendría que arreglarme en algún momento.
Me dirigí al baño y al mirarme al espejo me di cuenta de cuan mal me veía. Ahora pensaba más literalmente eso de que no debía haber comido en una semana. Me veía pálida, mucho más de lo normal. Tenía ojeras demasiado marcadas, moretones que ya no eran tan visibles en las muñecas y tenía el cabello enmarañado. Ya no quise ver cuan mal me veía al espejo o terminaría llorando. ¿Que me pasó?
Dejé esos pensamientos de lado y me bañé. Al salir del baño me di cuenta de que la empleada había dejado una muda de ropa antes de irse, así que eso me puse. A pesar de todo, parecía ropa cara. Estaba considerando la posibilidad del secuestro. Pero si me habían secuestrado, ¿por que los que se hacen llamar mis secuestradores me darían ropa de marca y me dejarían en una habitación tan lujosa? A lo mejor son novatos que nunca han visto Investigation Discovery.
Cuando estuve lista no sabía que más hacer, así que me volví a recostar y empecé a tratar de recordar las últimas cosas que había visto. Sólo pensaba en que era de noche, en como sentí un extraño olor y que mis ojos se nublaron al instante. Me frustré con eso así que me levanté para ver por la ventana, de pronto podía haber reconocido algo del paisaje, pero nada sucedió. De pronto escuché la puerta cerrarse. Me dio miedo saber quién entraba así que decidí no darme la vuelta. Pero no escuché los pasos de una sola persona acercarse a mi, si no los de dos. Peor para mi.
- Así que tu eres la dichosa hija de Charles Hood- Dijo una voz de hombre.
Me dí la vuelta para enfrentarlo. Tenía razón, eran dos hombres y ambos eran idénticos, supuse que eran gemelos. No eran viejos, debían tener más o menos mi edad o por mucho ser dos o tres años mayores. Eran altos, con contextura atlética. Desde la prudente distancia a la que me encontraba sólo podía decir que tenían ojos claros, no podía definir completamente el color. Tenían el cabello castaño y los ángulos de la cara de ambos eran muy marcados.
-Yo no tengo padre- Respondí secamente.
-No me digas que una pareja de lesbianas te adoptó o algo así porque sabes que no te creemos- Habló el otro. Al decir esto, le dediqué mi peor mirada.
- No pretendan hacerme creer que me conocen cuando realmente no saben nada de mi- dije, tratando de que la rabia que sentía no se notara en mi voz. El segundo joven se acercó a mi peligrosamente y me dijo:
- No te creas la valiente con nosotros, no sabes de lo que somos capaces.- Hizo una pausa.- Lastimosamente no te podemos matar, pero si podríamos hacerte experimentar más dolor del que puedas imaginar, así que mejor colabora.
- ¿Que se supone que quieren de mi?- Pregunté mientras miraba desafiante al que me estaba amenazando.
- Que trabajes para nosotros. Por el bien de tu familia y de los que más quieres. O nos dedicaremos a matarlos uno por uno y a hacer que sus últimos días sean los peores.- Dijo el que se encontraba más cerca de mí. Sentí un escalofrío recorrerme la espina dorsal mientras procesaba sus anteriores palabras.
- ¿En que trabajan ustedes?- Pregunté como si no lo supiera ya.
-Creo que ya lo sabes, o te haces una ligera idea.- dijo el que estaba más lejos de mi, mientras me miraba como si fuera estúpida. Por lo que el se ganó otra peor por parte mía.
-Cállate Kian.- gruñó el más cercano a mí.- En la mafia.
Esas tres palabras -a pesar de que ya me las esperaba- me cayeron como un balde de agua fría.
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Shadows
Roman d'amourTodo el mundo posee sus propios demonios y es perseguido por sus propias sombras. Ariana está a punto de conocer los suyos. Al mismo tiempo se enterará del oscuro pasado de su familia y lo que tiene que hacer con su futuro para proteger a los que m...