Me gustaba verte sonreír. No por ese típico rollo de que tu sonrisa iluminaba mis días, sino porque me hacía pensar en que, después de todo, no estabas del todo pendiente a mí. No te lastimaba tanto como esperaba.
El caso es que sí, era consciente del daño que te hacía.
Pero era porque quería alejarte de mí, Peyton. Soy una mierda. Una auténtica.
Y tu brillabas tanto que... no quería ser la razón por la que te apagaras.
(Volviendo a hablar de las estrellas...)
Nat.
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Adiós, Peyton
Short StoryPeyton: Prometí olvidarte. Y, sin embargo, no puedo hacerlo. Secuela de "Al chico del banco de adelante" Recomiendo leer el primer libro para entender mejor los hechos. Todos los derechos reservados.