XXXIV

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Querido diario...

Conforme mas escuchaba mi mote, mas complejo me entraba... y no era algo que pudiera evitar... ¡¡Me lo estaba creyendo!! y cuando digo creyendo, es que me miraba en el espejo y lo veía.

Intenté hablar con Aisha y pedirla perdón... ella solo me respondió con "Vale :)" y no me volvió a dirigir la palabra. 

Me dejo en visto...

La había cagado.

Me estaba acostumbrando tanto a cagarla, que me sentía cada día peor...

Tenía un nudo en la garganta que no se disipaba, y la razón que tenía para estar feliz se había quedado muda.


El chico ignorado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora