El Antilion

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—Solicito permiso para entrar a la atmósfera— Era Alexander —Permiso concedido— Alexander era el más joven de la tripulación y uno de los mejores.

—¡Nevsky!— Para variar el comandante despertando a todos con el nombre de Alexander, no entendía que había pasado ahora y tampoco quería averiguarlo solo quería dormir un par de horas más, el entrenamiento era verdaderamente duro y ya nadie podía decir que no estaba cansado, lamentablemente era un hecho que después de, el fallo de Kepler prácticamente todos los militares y astronautas estaban preparados para las más extrañas y peligrosas situaciones, el ser humano no cometería los errores del pasado.

Escucho a Alexander sentarse en su cama —Sé que estas despierto Miracci—.

Efectivamente era Alexander —La verdad es que nadie puede estar durmiendo si el comandante grita tu nombre a las siete de la mañana me puedes explicar ¿Qué hiciste ahora?—

Le pregunto —Nada importante— Me dice tumbándose en su cama —Dudo que te llamen por nada— le digo, no es primera vez que hace lo mismo.

— ¿Soy tan predecible?— Me dice riéndose —Tu actuar es el predecible— Le respondo.

—Bueno porqué confío en ti te contare...— Yo sé qué continuará —Hackeaste la base de datos y descubriste que paso en Kepler— Le interrumpo, hace días que ha estado investigando el tema.

No me había percatado de lo hermoso que era el océano aquí, por lo que me acerque más a la orilla de la playa.

—Recuerdos de juventud— Pensé en voz alta —Capi... deje de ver el horizonte y venga acá— Era Alexa, que por alguna razón me sacó de mi flashback.

— ¿Que sucede Alexa?— Le pregunto molesto — Tenemos ciertos... problemas aquí— Me responde por el video comunicador — ¿Qué clase de problemas?— Nuevamente otra pregunta.

—Venga rápido, tenemos heridos— Esto último fue un detonante, corrí en dirección al claro del bosque en el que aterrizamos.

Las raíces me hacían tropezar, y cada segundo que me demorara podría significar la muerte de alguien.

—Y cuéntame genio de la informática, que causo el fallo en Kepler— Le digo mientras almorzamos —Es simple fue un fallo en los fusibles del vehículo de aterrizaje... Espera— Se interrumpe, el comandante paso cerca mirando a Alexander —Nevsky, te vigilamos, una palabra extra que salga de la base de datos te vas a la prisión militar— Le dice amenazante.

—Esta misión no sería otro fallo, no volvería a ser Kepler— Mientras este pensamiento acechaba mi mente, di un paso en falso y caí sobre mi brazo grité de dolor, caí sobre una especie de planta parecida a la zarza, la sangre manaba por mi brazo y la desesperación me poseía.

—Mi tripulación, mis amigos... mi familia me necesita— dije para mí y me di cuenta de una realidad, los Miracci ya no eran mi familia, mi familia era mi tripulación, me levante del suelo y seguí mi carrera, pronto el camino empezó a ensancharse y llegue al claro.

Lo que vi era algo digno de una película de terror — ¿Que es esa cosa?— Pregunte horrorizado, una especie de planta, había atrapado a Dmitry y a otro tripulante más, el cual estaba tirado en el piso desfigurado.

— ¡Cuidado con Dmitry y abran fuego!— Grito Alexa con voz firme mientras Dmitry gritaba pidiendo socorro.

No podía seguir viendo esto sin hacer nada, y aunque mis piernas no daban más, corrí en dirección al arsenal y conseguí una pistola, ya estaba acostumbrado al uso de estas, cargue el arma y apunte a la vaina que sostenía a Dmitry.

—No se queda quieta— Dije y apreté el gatillo, pronto la vaina se separó del cuerpo pero siguió aferrada a Dmitry — ¿Dónde está el lanzallamas?— Pregunte a Alexa ya un poco más calmado, nos alejamos de ese monstruo a distancia segura —En el arsenal—.

Corrí en dirección al arsenal, dentro estaba un alargado tubo con una pequeña mecha conectado a un gran tanque de oro mercurio, un metal ultraligero capaz de resistir altas temperaturas.

Con el tanque en mi espalda y lanzallamas en mano me acerque a la planta, apunte a la base y presione el gatillo, lo mantuve así un buen rato hasta que pronto la planta quedo reducida a cenizas.

—Fin de la historia— Dije suspirando, camine unos metros y me acerque a Dmitry — ¿Estas bien?— Le digo tendiéndole mi mano.

—Sí, solo un par de rasguños, nada de qué preocuparse— Me responde levantándose — ¿Quién era tu compañero?— Le digo, volteándome en dirección al cadáver.

Habían pasado diez horas después del incidente —Antillion, informe de la situación... Cambio— Digo por el transmisor.

—No se han visto especímenes como el encontrado en la mañana por su zona por lo tanto todo va bien, se ha encontrado una especie de animal al parecer domesticable informaremos del resultado de nuestro "experimento" cambio— Me responde Alexander.

—Es curioso su experimento pero se lo permito cambio y fuera— Concluyendo la conversación, teníamos más cosas que hacer cada uno por su lado, por lo que me levanto de mi "conteiner" como les digo yo.

En realidad son viviendas portátiles, eran más cómodas que las tiendas de campaña sinceramente pero su apariencia es la de un conteiner con ventanas y una puerta, la tripulación había hecho una fogata y contaban historia, casi parecía que habían olvidado el incidente, aunque no había sido para tanto el muerto era un androide que había venido en reemplazo al verdadero tripulante el cual el día de lanzamiento se reportó enfermo.

—Y bueno, se dice que Nevski es uno de los hay...— dice Dmitry con soltura a los demás.

—Al parecer usted tiene suelta la lengua— le digo serio — ¡Cuidado una vaina va hacia ti! — Le digo con una expresión de terror y da un salto cayendo estrepitosamente, en respuesta la tripulación estallo en carcajadas.

—Bueno continúen con su conversación— les digo, pero Alexa habla —Señor tengo entendido que usted tocaba guitarra en la Tierra, así que porque no toca algo— Me dice acercándose — ¿Esto acaso es un reto?— Le digo riendo, así que fui caminando hacía el conteiner y traje mi guitarra.

Me senté en la fogata y comencé a tocar Paint it black

—Recuerdo cuando vivía en la Tierra— digo nostálgico.

—Era un prodigio para mi familia, buenas calificaciones, inteligente, atlético, sociable...— Les digo tomando una pausa.

—Como se equivocaban con muchas cosas, fui una persona orgullosa y egocéntrica mucho tiempo, empecé a alejarme de mis amigos, a dejar tirados los estudios, pero me dedique a algo y eso era la música, esta canción la aprendí mucho tiempo después de eso, cuando el amor de mi vida murió... asesinada—.

Recordé a Lilith, su pelo, su sonrisa, su mirada, su forma de ser — ¿Cómo era ella?— Me pregunta Miriam, una joven cadete

—Ella... Ella era la persona más bondadosa que conozco, ayudaba a la gente sin dudar... Era muy hermosa también—.

Recuerdo el accidente, recuerdo a la persona que se llevó a mi Lilith —Al parecer la querías bastante— Me dijo Dmitry —Ella estaría acá, nuestro sueño era venir, llegar al espacio juntos, y cuando abrieron las inscripciones a la academia tres años antes del viaje ella y yo íbamos hacia allí hasta...— Me interrumpo y mi mirada se oscureció.

—Hasta que un desgraciado drogado la arrolló al salvar a un niño que cruzaba de lado a lado— Digo con rabia —Nunca logre mandar a la justicia a ese imbécil, pero todavía recuerdo su estúpida cara— Digo recordándolo, obeso, con dos cicatrices en los brazos, una gran barba, ropa desgastada y una gran entrada.

—Ese día el mundo se oscureció un poco para mí— Dije triste... pronto deje de tocar.

Era tarde ya y las tres lunas del planeta estaban en su punto máximo, del fuego ya solo quedaban brasas y ya estaba sentado solo, tocando guitarra.

—Si tan solo pudieras contemplar esta belleza Lilith— dije despacio, a mi alrededor la temperatura comenzó a bajar por lo que apague el fuego y me fui al conteiner —Capitán Bernard informa descanso, cambio—...

Andrómeda PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora