Andrómeda Perdida

Los Miracci

— El lanzamiento de el Profeta en Texas, Estados Unidos ha causado revuelo internacional...— Se escuchaba en la sala, seguramente mi hermano estuviera viendo el noticiario asi que fui caminando hasta la sala.

 —Hermano porque ves...— le digo al aire, ya que, mi hermano no estaba y en cambio había una nota.

—Hermano, lamento irme sin avisar, pero no podría soportar verte así de triste— leí entre lagrimas, sabía que continuaría —No soporto vivir en un mundo el cual no nos asegura la vida a ninguno de los tres y no quiero dejar que a mas personas les pase esto, con este pensamiento, me embarco en el profeta con destino el planeta Maná, dile a nuestra hermana que la quiero y que esto lo hice por ustedes. No me olviden y ayúdenme desde la Tierra cambiando a la gente... gracias—.

Diez años mas tarde...

—¡Si no estas conmigo, estas contra mí August!— me dijo mi padre furioso.

 —Te lo digo enserio no pienso entrar a la policía, mi hermano a dicho que necesitamos cambiar el mundo y por esto mismo trabajare en la construcción y diseño de un crucero que permitirá a la humanidad salvarse— le digo serio —No permitiré que otro hijo mio se vaya— me respondió furioso.

Puse mi mano en mi bolsillo y le mostré la carta de aprobación de el departamento de construcción y diseño aeronáutico —No te pedí permiso, te estoy avisando— le digo mirándolo fijamente —¡No permitiré que te vayas, no otro hijo mio!— me responde entre furioso y triste —Ya es muy tarde para dar vuelta atrás, me voy al aeropuerto mi vuelo despega en tres horas y mi hermana me esta esperando en Texas, adiós padre, puede que llame de vez en cuando— le digo mientras cierro la puerta, camine hasta el auto y me subí.

Había dejado atrás la ciudad —Que silencioso— me dije y prendí la radio sonaba War machine de Ac Dc —Ahora si esta mejor— dije.

Dos horas esperé en el aeropuerto. 

—A todos los pasajeros con destino Texas se les solicita abordar el vuelo K-345—. Ya era hora de abordar.

Me senté en mi respectivo asiento y revise la hora, eran las cinco y media de la tarde.

Cerré los ojos un momento y los volví a abrir eran las doce de la noche y ya estabamos aterrizando —Eso fue bastante rapido— pensé.

 —Pasaporte señor— me dijo un guardia con cara de pocos amigos al pasar

—Pase señor Miracci— me dijo, camine hacía la cinta que llevaba mi maleta y la recogí.

 Salí del aeropuerto y llame a Johanna, pero tuve que cortar porque ya me había visto —¡Hermano!— grito y me abrazo —Ya estoy aquí, pero yo te tengo una pregunta— le digo quedándome sin aire —¿Como le va a la senadora Miracci?— Le pregunto —Bien, muy bien he logrado permitir recursos a la construcción de el Crucero espacial Tipo Arca IX— me dice.

—Entonces así se llama— Le digo mientras nos subimos al auto —¿Como se llama que?— Me pregunta curiosa —El crucero en el que trabajare, no te había dicho, disculpa pero quería darte la sorpresa, me aceptaron en el departamento de construcción y diseño aeronáutico— le dije y ella me miro un tanto sorprendida —¿Que?— me dice —Eso, voy a trabajar en el diseño del Arca IX por eso estoy aquí— le digo —Es... es enserio August— me dice ahora mas sorprendida —Si ahora por favor te pido si puedes ir a dejarme— le digo alegre —De... de acuerdo— me dice aún sorprendida.

El vehículo debió avanzar unos cuantos kilómetros mientras miraba por la ventana  —No te sorprendas tanto, si nuestro hermano nos pidió que cambiáramos el mundo y esta es la mejor manera—