Capítulo 1

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Noah:

-Respira Noah... ¡Maldita sea Noah, respira! ¿Acaso no sabes respirar?-me reprendo internamente a mí misma.

-Claro que sé cómo, es solo que han pasado más de 70 malditos años sin usar mis pulmones de forma natural y he perdido la práctica.-pienso, continuando con mi discusión interna, mientras boqueo como un pez tratando de tragar algo de oxígeno.

He contado 5 minutos desde que la cama de criogenización comenzó a vaciarse, llevándose el gel helado, que hizo posible mi "conservación" durante el viaje; dejándome descubierta, helada y con un terrible dolor muscular, producto de la congelación.

He contado otros 2 minutos desde que, de forma automática, la cama de crío extrajo el tubo de oxígeno de mi garganta, dejándome agonizando de desoxigenación.

En este momento siento que moriré, sin ni siquiera haber podido ver Eleti...Genial.

Sin embargo, la muerte no llega, pero el oxígeno sí.

Poco a poco, comienzo a relajarme, a normalizar mi respiración y a enfocar la vista, mientras el bendito elemento químico entra a mi sistema y alivia el dolor.

Cuando finalmente puedo dejar el dolor de lado, lo primero que pienso es en Ben. Ruego que a mi hermano lo estén ayudando a "volver a la vida" y que no despierte solo como yo, aunque era de esperarse, soy un militar, un montón de fuerza bruta y armas, sin nada de cerebro para ellos, nada con valor.

Pero Benjamín si tiene valor. El es el ser humano más inteligente de la tierra y el que hizo posible este viaje. Por eso fue muy importante que formara parte de MRE (Misión Renacimiento Eleti).

Con solo 13 años Ben tiene un coeficiente intelectual de 350; se ha graduado en Astrofísica, Ingeniería genética, Botánica, Ciencias espaciales y Semiología, en tan solo 5 años y en las mejores universidades del mundo.

Así que se puede decir que mi hermanito es un prodigio.

Estaba por comenzar a estudiar Medicina en la Universidad de Cambridge antes de que la NAZA lo reclutara.

En cuanto a mí, tengo un coeficiente de 175, un valor bastante alto pero no tanto como el de Ben; pero mi punto fuerte, en realidad, es la táctica militar, destreza y aptitud física.

Me reclutaron a los 13 años luego de aprobar con 96%, la "Prueba Génesis", evaluación realizada a nivel mundial para seleccionar a los mejores futuros militares, que tuvieran tanto fuerza mental como física, para formar parte de la MRE.

Con "Génesis", se elegía a los 5 mejore promedios de cada país y eran enviados al instituto militar West Point en Estados Unidos.

Tuve el primer mejor promedio en mi país, Argentina, y en tercer lugar a nivel mundial, luego del estadounidense Cameron Lester con 96,5% y el coreano Kiatsu Lee con 98%.

Un mes después de las pruebas, nos llevaron a los casi mil "ganadores" a West Point, donde ya me esperaría Ben y otros mil militares que ya pertenecían al instituto.

Lentamente me incorporo en la cama crío, sintiendo intensamente mi rigidez muscular. Saco los pies por un lado de la cama y me siento en la orilla de esta con el propósito de pararme, pero me detengo mientras una oleada de nauseas me atraviesa. ¿Hace cuanto no habré ingerido una comida real? El tablero de la cama de crió me informa que hace 76 años.

Mirando hacia abajo veo que llevo puesta la ridículamente pequeña ropa interior que nos proporcionaron antes de congelarnos, la cual está mojada y se me pega al cuerpo, pero luego me concentro en la habitación que había conocido por primera vez hace tantos años.

ELETIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora