[Levi narra]
Todo está normal.
El reloj despertador a un costado de mi cabeza suena, despertándome del ligero estupor que tengo en la mañana. Mi costumbre esta impuesta ya, me levanto en las mañanas, doy un baño, cepillo mis dientes, me cambio de ropa y preparo el desayuno.
Hago justo lo que respecta a mi rutina, nada cambia el avatar de los días que me aburren. Llego al desayuno, estoy a la mitad de mi vaso con leche, y es que llego a pensar en el. Tuerzo el rostro al pensar en nuestro encuentro pendiente de todas las mañanas en el trabajo. Como estoy en una rutina y no quiero romperla, pero yo ya había incluido a ese impertinente en mi vida, por lo que saco el móvil y marco su número.
Mis dedos marcan los tres primeros números en la pantalla.
"547" Enseguida, aparece su nombre con el apodo de "El único amor de mi vida".
Ese asqueroso pedante, lo golpearía en cuanto lo vea. Poniendo ese tipo de babosadas en mí móvil.
Suena dos veces. El acostumbrado tiempo de espera antes de que escuchara su voz, tan joven y bella. Esa que con escucharla era capaz desarmar mi ser frio, y lograr que le corresponda de manera cariñosa y espontanea.
Lo raro está en que llega al tercer sonar y no contesta. Tal vez lo tenga cargando por algún lado. Dentro de mi hogar una pequeña caja vibra, no le tomo importancia. Y continuo esperando, llego a la cuarta. A la quinta...
-¿Qué sucede? -murmuro en el silencio de mi comedor. Lo habrá olvidado. No lo creo, el me insistió tanto porque le marcara cada día desde que se lo compro. Tch, de todas formas. No importaba, aleje el móvil de mi oído, pero antes de que sonara apagado entro en su buzón de voz.
Hola, mucho gusto. Gracias por llamarme, Soy Eren Jaeger. Ahora me encuentro pensando mucho en esa persona y no puedo contestar. Deja tu msm después del Tatakae!! Dip...
Esa era su grabación antes de llegar a entrar a su buzón. Lo mataría. Comienzo a grabar.
-Crio idiota de 15 años, Si estuvieras pensando en mi contestarías. Ahora dime donde te recojo que se hace tarde. Tch, mas te dale ser puntual o no te recogeré. Adiós.
Pd: Ya sabes lo que siento. No te lo repetiré. Asique confórmate con que te lo haya demostrado. Bye.
Cierro la llamada, y al mismo tiempo se escucha el tocar en mi puerta. Dejo el móvil en la mesa y me encamino a la puerta.
¿Quién sabe? Tal vez sea, el mocoso que tanto odio.
Tomo la perilla en mi mano, recordando ese rostro con el cabello desordenado. Seguro vio la llamada perdida, y vino hasta acá para que no me enoje con él, por no contestarme. Esto era inmaduro e irracional, no puedo ponerme a reír con una estupidez así, no soy un crio. Y aun así, me siento tan feliz. Abro la puerta pero no es quien espero, nunca lo será.
-Zoe -murmuro regresando mi rostro a la amargura acostumbrada y borrando esa sonrisa. -.. Se puede saber que quieres...
-Levi vengo a visitarte, a penas ayer saliste del hospital y yo,...
-Estoy bien. No necesito nada y lo sabes. Lárgate debo alistarme y salir para el trabajo.
-De acuerdo,.. Cualquier cosa, si tienes dolor de cabeza o tienes una recaída, avísame -se oye bastante angustiada.
-Si, lo que digas... -digo cerrando la puerta y caminando con ella en el pasillo.
-Has visto a Farlan -inquiero ya con la maleta en la mano.
-No -.
-Que bueno. No quiero que me hostigue porque aun no he terminado el Manga, de todas formas, hoy no estoy de humor -comento, llegando a la puerta de salida el apartamento.
Vidrio opaco y una puerta de fierro verde. No tenía el mejor vecindario, pero mi razón para recordarlo es,... Porque en ella tuvimos nuestro primer beso, recuerdo perfectamente su sonrisa en ese día. Radiante y muy grande, dejaba ver parte de sus dientes cuando abría tanto los labios así, solo para formar esa sonrisa completa y llena de felicidad.
La misma sonrisa de... Esa Noche...
Me viene una migraña de repente, como si estuviera abriendo un cofre lleno de secretos. La opresión en mi pecho aumenta, mientras pronuncio su nombre en la mente, pero está en afán de protegerme solo me provoca dolor. Me voy tocando las sienes con la punta de mis dedos. Zoe se da cuenta que me he detenido, y que estoy apoyado en el mismo marco de esta puerta metálica.
-¡Levi! -pronuncia mi nombre en preocupación al retenerme por la cintura evitando que caiga. -¡¿Estas bien?!
-Mmm... E...Eren -nombro en confusión -...Zoe dime lo has visto, sabes ¿dónde esta?,...
Su mirada dirigida a mi está llena de asombro. ¿Por qué abre tanto los ojos y la boca de esa forma?
-Eren ¿está mal?,... ¿Le paso algo malo? -comienzo al preguntar notando ese tono de alarma.
-Levi... -me ayuda a pararme -,.. ¿Qué recuerdas de Eren?
-Como, que "que recuerdo"? Es mi novio y prometi••• -la migraña se intensifica y suelto la maleta, ¿Qué diablos me ocurría?
-¡Zoe! ¡Solo dime Si lo has visto o no! -grita ya bastante molesto.
-No. No le visto -me responde con basta seriedad.
-Bien -me pongo de pie sin su ayuda. Cojo el maletín en la mano, salgo a la calle. Pido un taxi, ya debía irme al trabajo. Si ella no sabía dónde estaba Eren, yo iba a encontrarlo.
.
La castaña se queda en el portal, viendo como su amigo se marcha de su hogar. Ella quería sonreír, había visto que el color le había regresado al rostro después de meses sin comer, que ya hablaba en vez de quedarse mudo y solo en una esquina. Había vuelto en Si casi por completo. Su estado mental se había deteriorado tanto desde el incidente.
-Sigue empeñado en No olvidar a Eren, en buscar a alguien que no encontrara. -observa a la calle, y los autos que pasan por ella.
-Levi -ella suspira pronunciando su nombre, sus cejas se fruncen con dolor.
No había cura para el amor, y lo sabía.
-Hasta cuando seguirás viviendo esa mentira. -sentencia observando el cielo, en lo despejado que esta, y en lo gris que se volvería pronto.
Dentro de unos días, esa mentira saldría a la luz.
Prólogo dedicado a Ranmarueli
Feliz cumpleaños linda.
Espero que la pases bien allá en México. Te mando unos grandes abrazos y besos desde acá.
Con todo el cariño del mundo.
(づ ̄ ³ ̄)づ♡
~Nana-chan.
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Dulce Mentira
FanfictionDicen qué no hay mayor tragedia, qué olvidar haber amado a la persona que más quieras y se fuera. Otros qué vivir recordando esa tragedia te hace loco, optando el suicidio por amor al ser perdido. Pues yo te digo; "No hay peor dolor o tortura qué...