Sebastián

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Una flor café.

Una flor café adornando el agua de la alberca.

El latido de mi corazón siendo la única melodía resonando en mis oídos.

Dos segundos.
1,2.

El choque de mi cuerpo contra el agua.

El sonido de mis brazos al cortar la distancia entre la orilla y la flor café.

No es una flor, es una chica.

Dos segundos para llegar a ella.
1,2.

Un segundo para tomarla entre mis brazos y sacarla a la superficie.

Un par de segundos para sacarla de la alberca y recostarla contra las baldosas blancas y frías del piso.

Dejo de contar mientras mis brazos comprimen su pecho en una maniobra aprendida en mi clase de primeros auxilios.

Unas cuantas compresiones y la chica vuelve en si de una manera brusca;

Escupe agua,

Respira jadeante,

Y trata de absorber todo el aire posible como si este fuera lo más preciado para ella.

Irónicamente ahora lo es.

Pasan unos minutos...ninguno de los dos habla.

Observo la maraña de pelo café que ahora cae por debajo de sus hombros y le cubre los pechos.

Escudriño su traje de baño azul marino que parece casi negro al contraste de su piel ictericia que poco a poco vuelve a su color normal.

Exploro sus piernas y pies.

Doy un vistazo más a su flacucho cuerpo antes de centrar toda mi atención en la flor café que es su cabeza.

Los mechones de su pelo cubren su cara, sin embargo, puedo ver una nariz afilada.

--¿Por qué lo hiciste?, le digo.

--Nunca vuelvas a preguntarme eso de nuevo.

--¡Te salvé la vida!

--Y yo no te pedí que lo hicieras.

Se levanta, me levanto.

Ella se gira hacia mí.

Veo su cara.Sus ojos cafés.El lunar debajo de su ojo derecho.Sus labios.

--Nunca, dice en apenas lo que parece un susurro.

Corre directo hacia la salida,privando el analizar sus emociones grabadas en su rostro;

Dejando su rostro grabado en mis ojos,

Mi corazón casi en la taquicardia y

Dejando lo último de ella.

4 Meses después

Antes de frotar mis manos contra la tela de mis pantalones me prometo que esta será la última vez. Mentiras, lo he hecho por más de 10 veces.

Camino hacia el espejo y observo mi reflejo.

Un traje negro y una camisa blanca me visten.

La camisa blanca es mi favorita y el traje se ciñe a mi cuerpo de una manera que me da la suficiente seguridad para salir de mi casa e ir a pedir la mano de mi novia.

Mientras manejo al restaurante, recito en voz alta mi discurso y una vez que decido que me lo sé de memoria, pongo mi disco de One Republic y subo el volumen al máximo cuando suena "Counting Stars".

Mis pulmones son poderosos y canto tan fuerte hasta que siento mi voz un poco ronca.

Hoy no puedo quedarme afónico.

Cuando llego al restaurante estoy lleno de ánimos y en mi cabeza la melodía junto con mi discurso se mezcla en una extraña combinación. La cual suena dentro de mí, enviando adrenalina a mi corazón.

Soy casi un doctor y sé que eso no es verdad,pero soy también un ser humano a punto de estar comprometido que le gusta hacerse bromas a él mismo para calmar los nervios.

En la entrada me encuentro a Adriana y a sus padres, los tres sonriéndome.

La hoster nos pasa a nuestra mesa.

La plática es amena y la cena es deliciosa.

Cuando llega el postre sé que ha llegado el momento.Me paro de mi asiento, le alcanzo mi mano a mi chica y la llevo al centro del balcón del restaurante.

--Adriana, cuando era joven siempre me pregunté si algún día llegaría la chica perfecta a la cual le entregaría mi corazón. La hermosa chica la cual hiciera que haber entregado una parte vital de mí no fuera la decisión más tonta sino la más correcta y perfecta. La asombrosa chica que amase incondicionalmente al imperfecto hombre de su lado. La chica dulce y hermosa. La chica inteligente y cariñosa. Adriana, no solo he encontrado a la chica de mi vida, de mis sueños y de mis fantasías. He encontrado a la chica que comparte el amor hacía mi carrera y mi futura profesión. Te he encontrado a ti. Tú eres la chica que siempre quise y siempre lo serás. Quiero estar toda mi vida a tu lado. Te amo y jamás dejare de hacerlo.
Adriana ¿Me harías el grandioso honor de compartir una vida junta y casarte conmigo? , me arrodillo frente a ella y saco de la bolsa de mi saco una cajita de felpa negra.

La miro directo a sus hermosos ojos azules.Ella está llorando.Llena de felicidad.Llena de amor hacia mí.

--Si.-susurra entre lágrimas. -Si quiero casarme contigo.

Se lanza a mis brazos y ellos la reciben gustosos.

Nuestros labios se juntan, se fusionan en un beso sabor chocolate, vino, felicidad y amor.

--Te amo.

--Yo también te amo, me responde.

Nos separamos, tomamos de las manos y caminamos directo hacia la mesa.

Mis ojos se centran en la figura enfrente de nosotros, a lado de nuestra mesa.

Vestido negro.

Cabello liso y totalmente perfecto.

Es ella

Mi boca cae.

La que salvé en la alberca.

Los dedos de mis manos se desenlazan de la mano de Adriana y caen.

Mi prometida corre a abrazarla y la chica la rodea con sus delgados brazos.

Es ella, la chica de la flor café.

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⏰ Última actualización: Feb 02, 2016 ⏰

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