Arthur Kirkland es un joven adulto que tiene todo lo que puede querer. Bueno, casi todo. Tiene dinero, un amigo peludo, un buen físico, un trabajo... bueno. Pero sí le falta algo. Y ese algo es compañía. En su viejo trabajo convivía con muchas personas todos los días, gente enferma que va a comprar medicina y también con los que consideraba buenos amigos. Pero quizá su actitud y escasa paciencia provocaron la pérdida de ese buen trabajo que tenía. Ganaba muy bien y tenía amigos. En cambio, con su nuevo trabajo en un bar, anda sufriendo un poco. No gana tan bien como antes, no se queja mucho de eso, pero los clientes son siempre los mismos (o casi siempre) y le odian por... su actitud, pero a su nuevo jefe eso no le disgusta, de hecho, es lo que más le gusta, o eso siempre le repite.
En fin, Arthur está solo. Sus amigos están siempre ocupados menos el idiota de Francis pero no tiene ganas de contarle a él lo que le está pasando en su vida (al menos no por el momento).
Y estaba tan desesperado, tan necesitado de la convivencia humana, que se metió en su sótano y buscó sus viejos libros fan-made de Harry Potter, si tenía suerte existiría ahí un hechizo de verdad que convierta a su querido oso de peluche en un humano (con la posibilidad de que salga un poco mal y el oso sea un poco raro al estar vivo).
Estaba ahí, en la oscuridad de su amplio y algo desordenado sótano. Montones de cajas amontonadas, polvo, telarañas, y la pobre iluminación de unas velas aromatizantes que sacó del cuarto de baño. El ritual estaba listo. Aquel oso de peluche que se convertiría en un ser humano se encontraba sobre una mesa tapada con una sabana blanca. Lo único que tenía que hacer era recitar esas palabras mágicas seguido del nombre del ente que sufrirá la transformación, en este caso, Señor Regalon.
Murmuró las palabras del hechizo, eran un idioma antiguo y desconocido. Estaba funcionando porque empezaba a correr el viento en su sótano, las llamas de las velas danzaban con violencia, amenazando con extinguirse. Ahora sólo debía decir el nombre del peluche, pero Arthur no fue muy meticuloso a la hora de realizar conjuro. Más bien para evitar interrupciones. Olvidó dos cosas muy importantes. La primera: cerrar la puerta del sótano para que su babu no llegara a interrumpirle. Y la segunda: los perros sienten mucho más que un humano, así que el amigo peludo se dio cuenta de que no iban las cosas bien en el sótano.
- No te acerques a la puerta del sótano. No.
Esas fueron las palabras de su dueño. Y le estaba cumpliendo esa orden, pero con sólo percibir una energía extraña tuvo que ir corriendo al rescate de su amo ¡no iba a permitir que se lastimara!
El inglés escuchó un golpe, fue el perro que embistió la puerta del sótano que se encontraba entrecerrada para bajar donde su dueño. El golden retriever ladró para llamar su atención, avisarle del peligro.
- ¡Alfred, no!
La vista de ambos seres vivientes se nubló por el repentino humo que apareció en la habitación, Arthur juraría que podía ser un incendio ¿pero cuánto fuego provocarían unas pequeñas velas aromáticas? Además, ese humo no era de cenizas, tenía una procedencia desconocida... ¡Su perro! Ahora lo recordaba todo. Su mascota le interrumpió, y en vez de pronunciar el nombre del oso de peluche pronunció el de... su perro.
Le inundó una gran preocupación, trató de disipar el humo agitando las manos, maldita sea, ¿por qué no hay ventanas en los sótanos? Ah, sí, porque se encuentran bajo tierra.
Tras unos minutos de angustia un muy sorprendido inglés cejón logró divisar la silueta de una criatura en paz, recostada en el suelo. Pensó lo peor, no se movía. Se agachó y notó mucho mejor la posición en la que se encontraba, posición fetal, como si tratara de protegerse de algo.
- ¿...Alfred? - preguntó no muy seguro. Es que... esa... lo que sea que fuera era más grande que su mascota y no tenía pelo, sino piel, piel humana. ¿Por qué estás tan ciego? ¿Por qué te cuesta tanto aceptar que ese jovencito desnudo que se encuentra en el suelo es o era tu mascota peluda?
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Bieeeeeen! Aquí Jas de nuevo con una historia nueva. Espero que les guste uwu es una típica cliché así que no la lean ewe
Está inspirada en uno de mis más grandes y enfermos deseos (?) siempre quise rolear esto. Y por eso agradezco a dos amigas mías con las que casi cumplía este sueño: Fran y Pobby. Sin ellas no me habría mega enamorado de esta trama (y bueno, algunas cositas se las robé a Fran xD perdóname). Perdónenme las dos por mencionarlas sin su consentimiento :(
Este fanfic se lo dedico a mi kohai querida y amodorada (Gumi!) y a mi amiga Kurisuty. Ambas del maravilloso y alargado Chile (país que amo con locura).
Lo del oso raro es una referencia a Ted xD
Y bueno, la historia es de otp-chan uwu (ukus lml)
Este capítulo es como una introducción. Lo dice el título del cap.
Gracias por leer:) los quiero mucho!
Por cierto, avisar debes si la historia linda ver quieres (o sea, si hay un error ortográfico o una palabra rara, es que el auto corrector de la tablet es una mierdilla).
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Alfred
FanfictionArthur está necesitado. De comunicación, vida social, convivencia humana. Por ello realiza un hechizo para convertir a su amigo peluche en un ser humano. Lo que no toma en cuenta es que su otro amigo (el cual sí tiene vida) le interrumpe. Eso causa...