Capitulo 6: Un callejón de sombras

253 27 3
                                    

Pov Magalí.

Una semana había pasado ya desde el "incidente" que tuvimos con Faustino. Los días habían sido tranquilos, puesto que Fabián había viajado a Colombia por trabajo. Él era arquitecto, aunque casi nunca llevaba sus diseños a casa. Yo por mi parte me encargaba de la casa, de mi hijo... deberes aburridos. Pero lo que más me apasionaba era el dibujo. Debajo del colchón de la cama de mi hijo, mantenía oculto un cuaderno con todas mis ideas, mis pensamientos, todo aquello que deseaba del mundo. Siempre había soñado con diseñar ropa y que todos usaran mis diseños, pero la vida nunca fue como yo quise.

Luego de terminar mis deberes, decidí poner algo de música para relajar mi mente. Saqué de mi placard una caja con varios cds, entre los cuales tenía uno de Airbag. Prendí el grabador (si, lo mío no era la tecnología) y coloqué el cd en su lugar. Los acordes de Fugitivo comenzaron a sonar. Estuve escuchando los temas que más me gustaban, hasta que llegó el tema que más ansiaba. La voz de Gastón resonaba por la casa, al tiempo que mi hijo daba vueltas y cantaba. Me ponía feliz el haber pasado una parte de esa locura a mi pequeño hijo.

Mientras la música fluía, yo daba vueltas por la casa, ordenando todo lo que quedaba. La voz de Gastón me transportaba a una época distinta, donde las cosas estaban bien y la vida me sonreía.

- ¡¿Qué significa todo esto?!- aquella voz grave y enfadada me sacó de mi trance.

- Fa...Fabián. Dijiste que volvías en dos días.- en mi rostro estaba escrita la sorpresa y el miedo.

- ¡Papi!- Faustino se acercó para abrazarlo pero él lo empujó lejos.

- ¡Salí, nene! Yo llego cansado de mi viaje, esperando encontrar a mi esposa con la comida y algo para tomar; y lo único que veo es a los dos haciendo pelotudeces ¿A vos te parece Magalí?- Fabián destilaba furia.

Comenzó a acercarse a mí y lo primero que pude hacer fue decirle a Faustino que subiera a su cuarto. Sabía lo que se aproximaba y no quería que mi hijo presenciara aquellas cosas. El niño subió lo más rápido que pudo y cuando me voltee, sentí el ardor en mi mejilla.

- ¡Te he dicho miles de veces que me molesta esa porquería que escuchas! Creí que los habías quemado.- Fabián me reclamaba, mientras la música seguía sonando de fondo.

El siguiente impacto fue en mi brazo.

- Voy a salir a comprar. Cuando vuelva, espero que esa caja con basura ya no esté.- diciendo aquello, abandonó la casa.

En ese momento, caí rendida al suelo. Las lágrimas querían salir, pero ya no existían. Tres años...tres malditos años en aquel infierno. El recuerdo vino a mi mente...

Flashback.

- Pero a mí me relaja esto. De otra forma me aburro.- intenté convencer a mi novio de que era lo correcto.

- Pero a mí me enferma. Vos tenés que escuchar cosas de mujeres, no a tres putos con una guitarrita. Así que te pido, amablemente, que te deshagas de ellos.- Fabián se veía tenso ¿tanto lío por un cd?

- Pero me gusta...- mi voz se convirtió en un susurro. Ene se momento, sentí su mano apretando mi brazo.

- Si yo te digo que los tires, lo haces y punto ¿te pregunté acaso?- Fabián me miraba con enojo y cansancio, como si yo fuese demasiado estúpida para acatar sus órdenes.

Asentí con la cabeza y me soltó rápidamente. Corrí hacia nuestra habitación, tomé las cajas y las guardé donde él jamás pudiera encontrarlas.

Fin flashback.

Las cosas nunca habían sido buenas. Al principio parecía dulce, pero con el correr del tiempo, esa dulzura se había desvanecido.

- Fausti, hijo, baja por favor.- llamé a mi pequeño, el cual seguro estaría asustado.

Al no obtener respuesta, decidí subir por él. Mi pequeño castaña solía esconderse bajo su camita. Al entrar, noté la ventana abierta y su frazada roja saliendo por la misma. Mi grito no salió. Mi voz había desaparecido. Bajé las escaleras, pero me tope con mi marido.

- ¿A dónde vas?- me pregunto con una sonrisa cínica.

- Fausti se fue por la ventana ¡Hay que buscarlo!- mi tono era desesperado. Mi bebé, mi nene no.

En ese momento, Fabián me sonrió. Tomó mi cabello y comenzó a tirar de él mientras bajábamos por las escaleras.

- Creí haberte dicho que lo cuidaras ¿es tan difícil vigilar a un mocoso así? ¿o es que tu hijo no conoce los límites? ¿será que se los voy a tener que poner yo?- su voz sonaba triunfante. Cuando soltó mi cabello, lo vi encarar hacia la puerta.

- ¡Por favor, Fabián! ¡Deja que vaya yo! ¡No lastimes a nuestro hijo!- mi voz era de súplica. Mi bebé no.

Fabián me tomó por los brazos y me lanzó contra la pared, quebrando uno de mis lentes en el proceso.

- Más te vale encontrarlo vos antes que yo, porque si yo lo encuentro va a ser para peor. Y no te olvides, él no es mi hijo.- diciendo aquello, salió por la puerta.

Me levanté como pude, intentando encontrar mis llaves. Corría hacia la puerta y comencé a buscar por lugares cercanos. No podía haberse ido muy lejos. Luego de caminar varias cuadras, me metí en un callejón oscuro. Las lágrimas caían por mi rostro sin darme tregua ¡Por favor, Dios! Permitime encontrarlo.

- ¡Faustino! ¡mi bebé!- mi voz sonaba áspera. Me estaba quedando sin cuerdas vocales de tanto gritar su nombre.

- ¡Mami!- una dulce vocecita resonó por todos lados y me giré de inmediato.

El niño se bajó de los brazos de aquel extraño y corrió hacia los míos.

- ¡Dios! ¿por qué te fuiste? Te dije que te escondieras...- mis advertencias no se hicieron esperar, hasta que vi a la persona que había encontrado a mi hijo. Allí estaba él, de nuevo ¡Dios! ¿por qué me hacía esto?

- Necesitabas ayuda...- mi hijo me respondió en un susurro. Intenté parar mis lágrimas. Mi pequeño valiente...

- Gastón...-dije, al ver en su rostro lo que muchos ignoraban. El horror, plasmado en cada parte de su cuerpo. Sus ojos destilaban furia y dolor.

- ¿Él te hizo esto?- sus palabras eran cortantes, pero sabía a lo que se refería. No iba a caer, no quería más problemas.

- Claro que no. Yo...me caí.- mi respuesta siempre era la misma. "Tenés que tener cuidado", "ya no sos una nena", esas eran las frases que la gente utilizaba cuando veían alguna marca, aunque siempre las tapaba todas.

- Pero mami...- mi niño comenzaba a hablar. No, no podía dejarlo. Esto no era problema de nadie.

- ¡Basta, Faustino! Nos vamos antes de que tu papá se preocupe. Gracias de nuevo...- me despedí de Gastón como pude. Debía volver a casa antes de que Fabián llegara y las cosas se complicaran aún más.

- ¿Puedo al menos saber tu nombre? La última vez que nos vimos no me diste tiempo de nada...- su voz dulce y tranquila relajaba mis nervios.

- Magalí... y ahora, por favor, debo irme. Mi marido no soporta los atrasos...- decidí darle mi nombre, pero sólo eso. Luego de aquello, comencé a caminar hacia casa.

Las lágrimas volvieron a hacerse presentes, pero esta vez por un motivo distinto. La vida es tan cruel.



ACÁ ESTA!! OTRO CAPITULO MÁS DE LA HISTORIA DE NUESTRO QUERIDO CUTY...POCO A POCO CONOCEMOS UN POCO MÁS DE LO QUE ESTÁ SUCEDIENDO...NO SE OLVIDEN DE COMENTAR Y VOTAR QUE ESO ME SIRVE UN MONTÓN!!! SALUDOS A TODAS

Agradecido de Haberte Conocido (Fanfic AIRBAG) TERMINADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora