《Hola, Dean》✨Destiel en WhatsApp✨

Parte 12

Unas grandes manos cubrieron los ojos de Castiel, provocando por supuesto, que no se le permitiera observar y buscar a Dean.
Sorprendido, Cas volteó su cuerpo, para descubrir el responsable de la acción.

"Dean".

Una sonrisa instantánea entreabrió sus labios, cuando lo miró.

"Hola, Cas. Te mentí, estaba detrás de ti. Oye, de frente te ves mucho más guapo".

Dean le echó un rápido vistazo de pies a cabeza, mientras terminaba de hablar. En esos segundos, Cas sentía como sus mejillas se teñían de un ligero rubor. Sólo Dean lo provocaba, sólo él.

"Ah, no molestes".

Cas le dio un pequeño golpe en el hombro, para que de esa forma, Dean dejara de observarlo con tanta atención. No quería que notara su vergüenza, ya que aumentaría definitivamente. 

"Yo sólo decía la verdad".

Dean comenzó a caminar en dirección a la salida del gran aeropuerto. A causa de ésto, Cas empezó a seguirlo, hasta llegar a ubicarse al lado derecho.

"¿Vamos, Dean? Tu...gemelo te está esperando junto a Sam".

Ambos comenzaron a reír inmediatamente. Dean una vez más, fijó sus ojos en el rostro del contrario, notando como la suave risa empezaba a tornarse inaudible, hasta que silenció.
Lo mismo de hace unos minutos atrás. Castiel fue acompañado de un nerviosismo, originado por la atenta mirada de Dean. La cual le encantaba.

"Sí, debo conocer a ese animalito. Pero recuerda, no lo debes querer más que a mi".

Dean posó su diestra a un costado del rostro ajeno, dejando unos leves roces en la fría piel. A los pocos segundos, la apartó.

"Jamás, a ti te quiero mucho".

"Pero yo te quiero mucho más".

Aquellos vocablos lo tomaron por sorpresa, ya que Dean no solía expresar sus sentimientos de modo regular, y menos haciendo uso de palabras. 

"¿Vamos, Castiel?".

"Vamos, Dean".

Juntos se retiraron del extenso terminal, para salir en busca de un taxi que los llevara a casa.
Dean se sentía bastante contento de regresar, debido a que estaría de vuelta con Sam y Castiel. Sin embargo, la felicidad de Cas era mucho más grande. Odiaba estar lejos de él y esperaba que no existieran más viajes y si llegaran a ocurrir sería sin dudas, su acompañante.