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Para mi yo del futuro: no seas idiota.

PARTE I.


Seis años.

SEIS AÑOS.

Ella sólo tenía seis años.

Lancé enojado todos los papeles que se encontraban en la mesita de noche. Los libros también volaron por los aires. Tiré todo, incluyendo el reloj despertador de cristal que no dudó en romperse al tocar el piso.

-¡Mi luna sólo tiene seis años!-le grité a nadie en específico.

Me encontraba solo en mi habitación, como de costumbre. Solo y enojado, como también era costumbre.

Miré el desastre en el que transformé mi habitación y de inmediato me sentí arrepentido, incluso sentí pena por el reloj. Era mío después de todo. Y había sido un regalo.

Debía dejar de enojarme y destruir mis cosas, tal vez debía ser como Keith y destruir mejor las cosas de alguien más. Levanté el desastre y coloqué de nuevo todo en su sitio. Algunos de los papeles estaban arrugados, rotos y unos cuantos chamuscados por mi manera descuidada de liberar Zeitgeist cuando estoy enojado. Al menos esta vez no había incendiado mi cama. Debía admitir que iba mejorando.

-Seis años...-suspiré al terminar de ordenar los papeles- ¿Por qué me he vuelto loco por algo tan simple?

Porque quiero ser como Hardik, y no la burla de todos como Maximilien.

Hardik Nehru, usuario de Knowledge. Era, en el presente, el Soldado de Luz más fuerte de todos nosotros. En esta época él había nacido con las mejores condiciones, incluso había recibido una oferta para formar parte del Consejo. Era razonable, era el mayor de todos nosotros y su luna, Chahna, era casi tan fuerte como él.

Del otro lado se encontraba Maximilien, si Hardik representaba el orgullo de los Soldados de Luz, Maximilien era... simplemente Maximilien. El don de Piety residía en él y su pequeña luna de sólo diez años. Debido a sus circunstancias eran excluidos de las misiones de la Orden, limitando así sus actividades. No había mucho honor en ello, y por eso Piety era subestimado.

Yo no quería eso para Wisdom. Mi don siempre había sido el más aclamado. En cada una de las vidas los usuarios de Sabiduría habíamos sido los protectores de la Luz, y los guías de la Orden. Era un futuro de gloria y honor, y ahora ese futuro se veía amenazado por una chiquilla... ¡Una niña que sólo tenía seis años! El destino debía estarse burlando de mí.

Dos golpes se escucharon del otro lado de la puerta y abrí de inmediato. Era un mensajero de la Orden.

-Debe ir a esta dirección de inmediato. La familia de la luna de Wisdom ha aceptado cedernos la custodia.

El chico de mi edad hizo una reverencia y se apresuró a continuar su camino sin más.

Suspiré derrotado. El momento de conocer a mi luna había llegado más pronto de lo esperado. Ella era muy joven, la más pequeña dentro de los Soldados de Luz de esta época. Secretamente guardaba la esperanza de que la Orden se negara a tomarla hasta que tuviera la edad adecuada, pero al parecer eso no sería así. Probablemente yo la tendría bajo mi cuidado de ahora en adelante. ¿Cómo podría encargarme de alguien diez años menor a mí?

Estaba exagerando, ciertamente. No es que me hubiesen ordenado ser el padre de esa niña. La Orden se encargaría de su crianza. Yo sólo sería su compañero durante el entrenamiento, su sol cuando invocáramos el Zeitgeist, y quien sostendría la espada durante la batalla. Tal vez debía limitarme a pensar sólo en ello... pero, una parte de mí, la más celosa, pensaba en Hardik y Chahna. Ellos eran más que compañeros de entrenamiento, más que sol y luna durante las batallas, ellos guardaban sentimientos el uno por el otro, como se esperaba de todos los usuarios de la Luz; justo lo que yo anhelaba. ¡Y a cambio recibía a una niña de seis años! Mi orgullo estaba hecho añicos.



¿Desde cuándo eres tan quejica?

Maximilien me abordó en los corredores de los dormitorios.

-Tus pensamientos deprimentes nos están volviendo locos a todos los Soldados de Luz, en estos momentos desearía ser como Hardik y bloquear tus comentarios de mi mente.

-Muy gracioso-intenté esquivarlo.

-No serás su niñero, no actúes así Inha.

-¿Y cómo debo actuar? ¿Cómo tú? ¡No quiero quedarme en la Sede toda la vida y ver cómo los demás regresan victoriosos de sus misiones!

-Eres un bebé sediento de atención, Inha. No todo está en la gloria. Hay cosas más importantes.

-¿Cómo qué?-lo reté a mencionar solo una.

-Como fortalecer el lazo, como proteger a tu luna, como ayudarla a hacerse mejor. Eso es importante. El día en que nosotros desaparezcamos de este mundo llegará pronto. Siempre es así, en cada vida. ¿No te das cuenta? Lo único que el resto anhela es más tiempo al lado de las personas que son importantes. Pero tú no tienes a nadie, y justo cuando ese alguien llega, no tienes la madurez suficiente como para pensar en algo diferente a tu orgullo. Me siento apenado por la pequeña que estará a tu lado.

-Tal vez debería regalártela entonces, para tu colección.

El rostro de Maximilien se transformó por la ira y me arrepentí de mis palabras de inmediato. El usuario de Piety se acercó a mí a una velocidad digna de un ser de Luz y al instante recibí un fuerte golpe que me envió al piso.

El golpe de Piety había sido cubierto por Zeitgeist haciéndolo mucho más doloroso. Me sentí avergonzado pero no enojado. Esto era algo que yo me había ganado.

-No me voy a disculpar-alegó Maximilien cuando segundos después Hardik se materializó en los corredores.

-No tienes que hacerlo-gruñó el hindú-, Inha merecía eso y mucho más.

-Lo siento-susurré-. Lo siento.

-No es a mí a quien debes disculpas. Es a tu pequeña luna. Ella merece disculpas por tener a un sol como tú.

Con aquellas palabras de Maximilien, ambos desaparecieron del pasillo. Permanecí un tiempo recostado en el corredor mirando el alto techo. Era un completo idiota.

En esta época yo había nacido como un completo idiota.


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⏰ Última actualización: Feb 02, 2016 ⏰

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