"Medio corazón" con Carlos PenaVega♥

Capítulo 2

-Doctor Pena, su paciente le espera en el consultorio nueve.-me avisó Bianca con un guiño y una sonrisa. Ella, además de ser mi secretaria, era también mi mejor amiga, la única después de Alexa que me comprendía casi totalmente. Antes de pasarme una carpeta con el expediente, me explicó.-Éxito ahora, su caso es complicado.

-Gracias, Bianca. Haré lo posible e intentaré lo imposible.

-Ése es mi Carlos.

-Lo sé, Bi. Ahora, ¡a trabajar!

-No te estreses, por favor.

-Trataré.

-Oh, y Alexa habló hace diez minutos. Dijo que te avisara que esta noche se quedará con Krizia, porque está enferma.

-Bien. Le llamaré más tarde.

-Carlos.-me detuvo antes de entrar al consultorio.-Sé que es doloroso, pero también sé que volverán a intentarlo y esta vez resultará.

-Bianca, nos han rechazado en tres adopciones. Y los tratamientos de inseminación no han dado resultados, ni esperanzas. Ya no hay casi nada que hacer.

-Carlos, esto no es tu culpa.

-Lo sé, pero prefiero cargar yo con ésto y dejar que Alexa esté tranquila.

-Pero ella te ama tanto que no soporta tu actitud, o tu aislamiento.

-No es así. Sé que me ama, pero yo no sé ya que hacer. Todo es tan complicado.

-Si sigues así, podrías perderla.

-Eso jamás. Nunca la dejaré ir, a menos que ella me lo pida.

-Pues demuéstralo. ¿Hace cuánto que no salen?

-La semana pasada, a casa de Logan.

-Solos.-aclaró.

-No lo sé. Han pasado quizá meses.

-¿Por qué no la llevas a cenar?

-Sería un buen plan.

-Te ayudaré con las reservaciones, su quieres.

-Sí, Bi. Eres la mejor.

-Lo sé.-sonrió.-Ahora entra allí y dale esperanza a tu paciente.

-Lo haré.

Abrí la puerta del consultorio nueve, esperando hallar a mi nueva consulta allí, pero nada. Todo estaba vacío.

Me senté en la silla del escritorio para llamar a recepción y verificar que este paciente siguiera, sin embargo, ls llamada no llegaba; el teléfono sonaba descolgado.

Gire con la intención de salir y yo propiamente checar la agenda, cuando un golpe me sobresaltó. Venía del baño, pero éste estaba cerrado por dentro, impidiendo mi entrada.

-¿Hay alguien allí?-pregunté sin obtener respuesta. Me quedé unos segundos ahí, hasta que me decidí a tumbar la puerta, si era preciso.-No me importa incluso si estás desnudo, voy a entrar.-advertí antes de echar mi peso contra la madera.

Casi inmediatamente ésta cayó al piso con las clavijas saltando por los suelos. Me levanté rápidamente y encontré lo que menos imaginé: una pálida chica, botada y con un ventanal encima de su frente, causándole una herida y el derroche de muchísima sangre.

-¡Mierda!-exclamé antes de patear los cristales y levantar en vilo el casi esquelético cuerpo de la joven.-No te rindas, por favor.-pedí previo a gritar desesperado por ayuda.