Lujuria

"Que placer"

Sus piernas estaban temblando y su cara completamente colorada. Comencé a lamer su trasero lentamente mientras le agarraba con fuerza de ambos lados de la cadera para que no se moviera y a la vez para atraerlo hacía mí.
Intuyo que su cara ya esta completamente roja y escuchó unos leves sollozos mezclados con gemidos que salen levemente de su boca.
Sin pensarlo apartó un poco mi cara y comienzo a introducir uno de mis dedos en su trasero, moviéndolo un poco para dilatar, lo que provocó un escalofrío en aquel pequeño y lujurioso cuerpo.
Empecé a mover mi mano para intentar buscar su punto de placer y su voz se hacía cada vez más fuerte hasta que de pronto sonó un agudo gemido justo a la vez que mi dedo palpó un pequeño bulto.
Introduje otro de mis dedos y comencé a sacudir mi mano con más fuerza para dilatarlo más. Sus gemidos y esa postura en la que me dejaba ver todo me habían puesto aún más caliente y estaba muy impaciente por entrar en él.
Le oía gemir y suplicar que parara pero sabía que no era lo que quería, su cuerpo, sobretodo su gran erección me decían lo contrario.
Ya no lo podía resistir mas, así que me quité los pantalones y calzoncillos.
Y le dije que se colocará encima mía deforma que ambos pudiéramos lamer a nuestro antojo.
Con lentitud y dudas se colocó como yo quería dejándome su trasero y su erecto miembro justo delante de mi cara mientras el comenzó a lamer el mio, "Se siente tan bien, dio mío".
Comencé también a lamer el suyo; notaba como crecía su erecto miembro en mí boca e iba saliendo el líquido transparente de la punta.
Lo lamí hasta la saciedad mientras el con una inesperada destreza también jugaba con el mío con su boca.
"Que placer"-pensé
Alargue una de mis manos hacía su trasero y volví a introducir mis dedos para darle aún más placer, y con la otra empujé levemente su cabeza encima de mi miembro para indicarle que lo lamiera más profundo y con más dureza.
Estaba a punto de correrme de placer