Aún no me creo lo que pasó ayer por la tarde, Dani y Elena, después de eso, les da mucha vergüenza hablarse, más de lo que ya les daba.Y bueno, aqui estoy yo, en mi habitacion a veinte minutos de que Dani venga a recogerme y sin saber que ponerme, al menos ya estoy peinada, algo es algo.
Ya esta, me pongo unos vaqueros blancos con una camiseta con estampado geometrico y unas sandalias, ¡joder! Media vida para elegir esto.
Entro al baño, me visto, me maquillo un poco, solo rimel y un eyeliner pequeño. Lista, solo falta que venga Dani a buscarme, y ya esta aqui. Asi que cojo el movil, las llaves y algo de dinero y bajo
- Hola feo - le digo al abrirle la puerta
- Hola pequeña - dice el abrazandome
Salimos y ponemos rumbo al lugar donde hemos quedado con los demas.
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Acabábamos de volver Dani y yo juntos de estar con nuestros amigos. Hablábamos, o más bien, hablaba. Durante la tarde estuvo muy callado, ausente. Le pregunté varias veces sobre su estado y me preocupé por si le pasaba algo. ¿Quién sabe si le pasó algo con Elena y ninguno de los dos de molestó en contármelo?
-Dani, ¿qué coño te pasa? Llevas toda la tarde así callado. ¿Estás bien?- Puse mi mano sobre su hombro para frenarlo. Costosamente, paró y se giró para estar cara a cara.
-Nada, nada importante. ¿Puedo entrar en mi casa? Gracias.- Se escapó de mi agarre y siguió su camino a su puerta.
-No seas estúpido. ¿Cómo que nada importante? Soy tu mejor amiga, tu hermana. Es normal que me preocupé.- ¿Qué mierda le pasaba?
Siguió caminando, ignorandome como colilla tirada en el suelo. Fui tras él y le agarré del brazo. No se me escapaba.
-Daniel, cuéntamelo de una puta vez.-Alcé el tono de voz y noté como hizo fuerza con el brazo.
-¡Déjame en paz!- Logró escapar de mi agarre y su brazo voló, o eso quiero creer.
Su codo me golpeó en el ojo, y lo poco que pude ver antes de que el dolor llenará parte de mi cara fue a él, mi enano y hermano entrando a su casa, ignorandome de nuevo. El dolor era horrible; esto iba a dejar marca. Me llevé las manos a la cara, como si así el dolor fuera a desaparecer.
- Vaya, vaya, ¿a la princesa le han hecho daño? - Escuché a mi alrededor. Me destapé la cara y vi a Jesús, la persona que menos esperaba oir ahora mismo.
- Venga ya Jesús, dejame en paz - Quise entrar en mi casa, pero noté como me cogía del brazo y me giré quedando cara a cara con el - Eh, ¿qué coño haces?
- Ven conmigo, pero antes hay que ponerte hielo ahí. ¿Ahora te das de como es mi hermano? - Me llevó hasta su casa y entramos.
El fue a la cocina, a por hielo supongo, y yo me quedé en el salón esperandole. Pero, ¿qué coño hago yo con él?
- Cristina, ¿qué haces aquí? - Me giré y vi al otro hermano Oviedo, a mi mejor amigo, o al menos creo que todavía lo es. Entonces apareció Jesus con una pequeña bolsa en la que creo que me trae hielo y me la dio - ¿Y tú que haces con ella?
- No vengas ahora preocupándote por ella después de tratarla como una mierda
- ¿Yo soy el que la trata como una mierda? ¿Y tú que? Es mi mejor amiga, aqui el que la trata mal eres tú
- Ya bueno, pues no sé tu, pero yo a mi mejor amiga no le pegaría - Me cogió del brazo y salimos de ahí dejando a Dani con la palabra en la boca.