Hoy, después de mucho, puedo asegurar que mis letras ya no tienen tu nombre.
Que mi cuello ya no tiene tu olor ni mi espalda tus marcas.
Que fuiste, pero ya no eres.
Y que después de la tormenta viene la calma, siempre.
Fuiste la única tormenta que me caló los huesos, la única llama que me dejó hecha cenizas, pero sabes? aprendí a recoger mis pedazos.
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Escritos cortos.
RandomAlgo de amor, corazones rotos, nostalgias, recuerdos, un poco de vida.