Capítulo 2

710 16 6
                                    

- Mucho gusto, soy Alice, hija del señor Thompsom - dije con toda la serenidad que podía.

-El gusto es mio, soy el señor Sebastian Redford, pero puedes llamarme Sebastian - respondió con una sonrisa y pude ver sus perfectos dientes.

- A si que usted, es el socio de mi padre - dije en un tono un poco sarcástico.

- A si es señorita Thompsom - respondió divertido

- Llámame Alice- respondí alegre pero un poco tímida al mismo tiempo

- Un momento ¿ustedes se conocen? - interrumpió mi padre al notar la confianza que teníamos.

- Ehh... Pues... - titubee un momento antes de Sebastian respondiera.

- Pues si señor Thompsom, nos conocimos unos minutos antes de llegar a la reunión, su preciosa hija chocó conmigo cuando salía casi volando del baño - respondió muy seguro de si mismo y sobretodo muy juguetón.

Vi como mi padre se puso rojo como un tomate, no sabia donde esconder la cara, y eso se debía a su despistada y algo traviesa hija. Yo.

- Mil disculpas por eso señor Redford - dijo mi padre muy avergonzado.

- No se preocupe señor Thompsom, los accidentes les suceden a cualquiera- respondió Sebastian, creo yo, tratando de calmar a mi padre.

- Bueno.... Si ya dejaron de hablar de lo despistada que soy, me gustaría ir a comer algo, muero de hambre - dije un poco irritada por la situación en la que estaba.

- Los invito a comer a mi casa, seria un gran placer para mi - dijo Sebastian en tono diplomático.

- El placer será nuestro - le respondí, tratando de parecer formal y educada.

- Bueno, entonces acompañenme a recepción para poder ir todos juntos en mi auto - añadió Sebastian muy emocionado al escuchar mi respuesta.

- No se preocupe señor Redford, nosotros iremos en el nuestro, le seguiremos el paso - dijo mi padre, dejándome con las ganas de poder estar un momento junto a Sebastian.

- Esta bien, entonces bajemos- añadió Sebastian

Nos dirigimos todos al ascensor y cuando estaba a punto de cerrarse mi padre lo detuvo.

- Olvide las llaves del coche. Alice,adelantate y ve junto con el señor Redford. Los alcanzaré en un momento - dijo un poco avergonzado y salio del ascensor, cuando se cerraron las puertas, sentí de nuevo esa extraña sensación en mi cuerpo, me moví un poco para tratar de desaparecerla , pero mi mano rosó la de Sebastian y la sensación se hizo más aguda, me puse más tensa, nerviosa y roja como un tomate, mire de reojo a Sebastian, pero lo no veo ningún rastro de incomodidad en su rostro, creo que no se dio cuenta, ufff... por suerte.

*NARRA SEBASTIAN

Maldita sea! Su mano toco la mia, trato de no parecer afectado con lo sucedido, pero tengo las ganas de poder tocarla y besarla en este instante, lo quiero hacer desde el momento en que chocó conmigo, sus hipnotizantes ojos color miel me están volviendo loco y más esos dulces labios, quisiera poder hacer algo pero se que estaría mal, ella todavía sigue siendo menor de edad, pues creo que tendrá 16 años a lo mucho, es todavía una niña y no pienso arruinar su inocencia.
La miro de reojo y estamos roja que un tomate, creo que ella también siente lo que yo, pero no sabe controlarse, luce tan tierna con ese vestido aunque la hace ver un poco pálida, y esa trenza que cae tan delicadamente sobre su hombro, parece toda una niñita buena, dulce y tierna. Quisiera abrazarla, calmarla y decirle que yo tmb siento lo mismo... No! En que estas pensando Sebastian, tu no eres asi y mucho menos con una niña como ella.

El Socio De Mi PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora