Pensar en la claridad de una mañana se asemeja mucho al color de mi interior cuando estoy contigo.
Ese conquilleo en mis labios después de besarte hasta los defectos se asemaja bastante a como se siente mi estomago después de que me miras de esa manera.
Tus uñas en mi espalda se sienten extrañamente familiares a pesar de que no se habían conocido hasta ahora. Y esas marcas carmesí se amejan con demasiada exactitud a las marquitas que estás dejando en mi pobre y atolondrado corazoncito.
Una por esa mirada vacía.
Dos por esa mueca de insatisfacción.
Tres por ese adiós sin dolor.
Una por cada día que no me hablaste.¿Por qué esa mirada de desdén? ¿Soy demasiado poca cosa para tí.
¿Por qué esa mirada de felicidad cambia en un parpadeo a una muralla de concreto que no me deja ver esos colores? ¿Por qué tanto esfuerzo por parecer vacío?
Quiero quererte a pesar de que esto no tiene por donde salir bien. Quiero quererte porque tu pecho pide ser abrazando, esos labios piden ser besados, tus huesitos necesitan calor.
Llevas tanto tiempo en ese invierno que el calor parece tu enemigo.
Vamos, ven.
Y tiendente conmigo, déjame besar tu cuerpo y sacar esas colores fuera. Dejalos fluir y que se mezclen con los míos.
Que tu corazoncito se descongele como un iceberg. Déjame ser tu calentamiento global. Que tus ropas caigan como esas paredes congeladas y termines acurrucadito conmigo.
Fluyendo.
Transformandonos en calor.
Siendo energía.

ESTÁS LEYENDO
Sólo por escribir algo.
Teen FictionPequeña selección de relatos cortos escritos en momentos de profunda tristeza, alegría, confusión, soledad, duda o incluso, aburrimiento. Soy de la fiel creencia que en los mejores textos nacen en momentos de emociones fuerzas, así que la emotivida...