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Mi oscuro pasado

Mi nombre es Rachell, tengo 16 años y vivo sólo con mi padre, aunque hace 3 meses vivía en California con mis padres, pero una noche tuve una pesadilla, me levanté y le conté a mi madre lo que había pasado, ella me consoló y me dijo que me acostara de nuevo, en ese momento llegó mi padre, últimamente han peleado mucho, el llega tarde y mi madre tiene que encargarse de todo, últimamente tenía miedo a dormirme pues pensaba que me haría algo, mi madre bajó al encuentro de mi padre y yo la seguí sigilosamente hasta la escalera. Mi papá llegó a casa con unos tragos de más, discutió con mi madre por ser tan irresponsable y ella le propuso el divorcio, el enloqueció y sin aviso alguno partió a la mitad la botella de vino vacía en la cabeza de mi madre dejandola inconsciente, empezó a gritar cosas sin sentido, hasta que la apuñaló en el corazon con el filo de la botella.

Tenía miedo, jamás había visto a mi padre comportarse así, entonces él se abalanzó sobre mi madre, la abrazo hasta estar completamente untado de su sangre, temblaba de la rabia y de pronto se volteo hacia mi, corrí a mi habitación pero sentía sus pasos detrás de mí, traté de cerrar la puerta pero era demasiado tarde, me acurruqué en una esquina de mi cuarto, él empezó a avanzar hacia mí con una respiración agitada, se agachó a mi lado y me susurro al oído:

- hija, esto tarde o temprano tenía que pasar, al principio no me habría importado pero te he comenzado a amar y sería muy doloroso tener que matarte, así que haremos un trato, te parece?

No sabía que responderle, ¡¿acababa de decir que ya había planeado asesinar a mi madre?!, ¡¿que no me quería?!, ¡que me hubiera asesinado!, todo paso tan rápido, aún no podía digerirlo.
Ya tenía 16 años, por que no actuaba como tal, por que no fuí a defender a mi madre, por que seguía siendo tan cobarde, en este momento no sabía que responder.

Como me quede callada el continuó.

- hagamos esto, tú no viste nada, te despertaste al oír mis gritos, al bajar viste a tu madre muerta, yo la abrazaba y gritaba su nombre, te dije que llamaras a la policía mientras lloraba preocupado. Cuando lleguen dirás que no sabes quién es el asesino, nos mudáremos y entonces podremos vivir tranquilos.

- ¿Qué te hace pensar que haré lo que me pides? - dije haciendo acopio de valor, aunque fué mas un sollozo.

- tu madre no es la única a la que querías...