El chico nuevo

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Hoy estaba en el colegio conversando con Lucy, nos reíamos despreocupadas cuando entró el director. Todos guardamos silencio pensando que habríamos hecho algo malo.

- Buenos días estudiantes - dijo el director

- Buenos días señor director - dijimos todos al unísono, odio este saludo, es tan tonto.

- Quiero presentarles a un nuevo compañero, por favor entra Tyler.

Todos miramos a la puerta, entonces entró el chico más lindo que he visto. Era alto, peli negro, tenía un aire calmado y un cuerpo de deportista, nunca me había sentido así, pero fué cuando me miró que sentí que todo mi cuerpo se calentaba y podía apostar lo que fuera a que me había sonrojado, se quedó al frente esperando alguna dirección del director.

- Por favor preséntate.

- Mi nombre es Tyler, tengo 17 años y vengo de Washintong d.c.

- gracias, por favor toma asiento.

Se hizo una fila adelante mío, simplemente no podía dejar de mirarlo, me sentía hipnotizada, eso fué hasta que se volteo hacia mí, pegué un brinco en mi asiento y miré para el frente, de seguro me puse roja pues al mirarlo por el rabillo del ojo, ví que sonreía, una sonrisa pícara y divertida, ahora ¿cómo podía concentrarme si el chico perfecto se sentaba tan cerca de mi?

Al terminar la clase, me quede junto a Lucy conversando, fue entonces cuando ví que Tyler me miraba, se estaba acercando, no sabía que hacer, quería correr pero era tan lindo que ¿quién se iría de su lado.

- Hola, soy Tyler

- Hola soy Lucy - ella siempre estaba tranquila

- H- hola, soy Rachell, m- mucho gusto - que me pasa, de ser una chica cerrada y solitaria, pase a una tonta enamorada que tartamudea!!!

- cuando entré noté que te me quedaste mirando, ¿ocurre algo? - lo dijo con esa sonrisa pícara que sólo significaba que sabía que me estaba torturando.

- pueeeees, emmm, eres el chico nuevo, sólo quería, ammm, saber como eras yyy... ¡Necesito gafas!, claro, como no te veía bien tuve que fijarme muy detalladamente, eeeee si, era eso.

Se me quedó mirando un rato, me evaluaba, eso me ponía incómoda, apostaría a que me puse roja, entonces Lucy como muy buena amiga se empezó a reír, parecía una loca, así que decidí irme de allí lo más rápido posible, me paré, cogí mis cosas, luego a Lucy y salí corriendo.

Después de regañarla todo el camino, nos despedimos y me fuí a casa pensando en Tyler, mañana sería un día diferente, no más pena, no más tartamudeo, él conocería a la verdadera Rachell.

Psicología Sin Remedio #HorrorStoriesAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora