Me sirvo un poco de café en la taza y Alex me pasa el azúcar.
—Gracias.
Le pongo dos cucharadas y lo revuelvo un poco.
—Así que, ¿maestra de física, eh? —pregunta.
—Algo así...
—Ay, qué madrugadores son —dice Andrea, quién sale de su habitación con pijama y bostezando.
—Ya son las diez —le dice Alejandro.
—Por eso. —Se sienta junto a mí y le da una mordida a mi pedazo de pan.
—¡Hey!
—Lo siento —dice con la boca llena.
—Bueno, yo tengo que ir a hacer algunas compras para mañana.
—Ay, tú y tus papelerías.
—No especifiqué.
—Pero te conozco. Oye, Alex... ¿No podrías acompañar a Dan? Si me lo dice es porque quiere algo.
—¡Claro que no, no quiero nada! —Le doy un trago a mi café.
—Voy con gusto, así conozco más este lugar.
—Yo no pedí nada —les digo.
—Pero yo sí —dice Andrea.
—Ash, pero... ¿de dónde se supone que eres, Alex? —pregunto.
—Uh... Monterrey.
—¿Monterrey? ¿Y cómo por qué vienes acá?
—Ay. No debiste decirle nada de eso —dice Andrea, quien se levanta y entra al baño.
—No sé qué se supone que pasa. Pero sí, soy de Monterrey. Y pues, aquí en Morelia todo es más... ¿tranquilo?
—Yo que quiero ir a vivir a otro lugar y tú... ¿en serio, Morelia? Pudiste escoger algo mejor...
—Hey, calma. Ya veo porque Andrea no quería que mencionara nada. Aunque en realidad soy de México, me fui para allá por unas cosas.
—Es que, ¿Morelia?
—Ya, cálmate. Morelia es una linda ciudad, no sé qué tienes contra ella.
Andrea sale del baño con un poco de agua entre sus manos.
—¿Ya se calmó? —pregunta.
—Eso creo —responde Alex.
—Uh, yo que traía esto para calmarla. —Separa las manos y el agua cae en el piso.
Resoplo.
—Como sea, yo ya me voy. Par de pesados. —Me levanto y camino hacia la sala, solo doy un par de pasos y me resbalo.
Mi trasero impacta contra el suelo y de inmediato unas risas se hacen oír.
—¿Qué no ves que acabo de tirar agua? —pregunta Andrea entre risas.
Me levanto rápido pero con bastante dolor y tomo mi bolso del sillón, camino hasta la puerta y la abro.
—Hey, Dan. Te estoy hablando —dice Andrea.
Alex también sigue riendo, pero solo un poco.
—Alex, ¿vas a venir o qué?
—Ah. —Pone cara de sorprendido—. Claro, ya voy...
—Muy bien.
Salgo del departamento con Alex y escucho a Andrea gritar un par de tonterías, pero decido ignorarla.
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Vacilar y morir
RomanceUna mujer inteligente y apasionada, que siempre es sincera. Un hombre alegre y soñador, con un gran secreto. Y una historia sin final feliz. *** Novela registrada en Safe Creative 5-feb-2016. Todos los derechos reservados.