VII

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El siguiente planeta estataba habitado por un bebedor. Esta visita, aunque muy corta, sumió al principito en una gran melancolía. -¿Qué haces ahí? -preguntó al bebedor que estaba sentado en silencio frente a una gran número de botellas vacías y otras tantas llenas. -¡Bebo! -respondió el bebedor con aire sombrío. -¿Por qué bebes? -volvió a preguntar el principito. -Para olvidar. -¿Para olvidar qué? -investigó el principito sintiendo compasión. -Para olvidar que siento vergüenza -confesó el bebedor agachando la cabeza. -¿Vergüenza de qué? -volvió a preguntar el principito deseoso de ayudarle. -¡Vergüenza de beber! -concluyó el bebedor, que se encerró definitivamente en el silencio. Y el principito, turbado, se alejó diciendo: "No hay la menor duda: las personas mayores son muy, muy, extrañas".

El Principito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora