No nacemos así, bueno algunos si.

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Después de pasar una cierta cantidad de tiempo a solas, se convierte en algo natural disfrutar de la soledad. La mayoría de las personas como yo son especialistas en el aislamiento y en la melancolía profunda. Pero mejor no nos pongamos emocionales aquí.

Digamos que en toda relación, siempre hay un idiota y un cobarde. El idiota es el encargado de arruinar los sueños y definitivamente el que se ve "menos afectado" por todos los problemas.

Ellos son los que pueden parecer distantes o poco comunicativos. No te dicen lo que quieres escuchar o hacen lo que quieres que hagan. Son personalidades exigentes y obstinadas y por lo general no tienen ninguna intención de cambiar a nadie.

Antes de empezar a odiarnos, sólo sé que la mayoría idiotas no nacen siéndolo, (excepto unos pocos, y ustedes saben perfectamente quiénes son).

Muchos de nosotros nos convertimos en idiotas después de años de lágrimas. Sólo basta con un par de situaciones malas y al menos un corazón roto para convertir a cualquier buena persona en un gran idiota.

Sin embargo, por alguna razón, los idiotas atraemos a buenas personas. Atraemos a las personas que quieren ayudarnos, que ven algo en nosotros y quieren aferrarse y tratar de llegar a conocernos.

Pero los idiotas siempre van a ser idiotas y tratar de cambiarlos, sólo va a hacer que te traten peor.

Yo no salgo con idiotas ¡La idiota suelo ser yo!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora