La última hora de clase se me hizo eterna, pero finalmente se acabó. Recogí las cosas rápidamente y bajé con mi amiga Maria. Fui a buscarle y él estaba de espaldas. Le llamé.
-¿Ricard, que te dijo Hugo?-pregunté muy nerviosa.
-Que me dejes empaz gorda de mierda.-contestó con desprecio.
-Ricard por favor, fue todo una broma, te lo juro.-estaba al borde del llanto, pero aún así no podía rendirme tan fácilmente.
Llegué a mi casa y me encerre en mi habitación, me puse la música y empecé a llorar. Bueno mejor dicho, las lágrimas salieron por si solas. Todo me recordaba a él. Le habia perdido y no podía hacer nada.
Pasaron un par de semanas, hubieron más insultos por su parte, pero yo me dedicaba a esquivarlos. No debía darle más importancia de la necesaria.
Pasó un mes. Le echaba mucho de menos, era mi mejor amigo, el chico del que estaba enamorada. Le perdí por una broma, aunque sabía que no podía haberse enfadado solo por eso, tenía que haber algo más que yo no sabia, y tarde o temprano lo iba a saber.
Mi mundo ya no se centraba tanto en él. Pasé a conocer a más gente, a darle una oportunidad a todos los que eran amigos, por confiar más en ellos y así ser más cercanos. Y al día de hoy no hay un acto del que más orgullosa esté. Guillem, Ivan, Victor, Gerard, Maria, Sergi, Miguel... Todos tenían un corazón enorme. Quién me iba ayudado día tras día a superar lo de Ricard, era Ivan. Siempre estaba a mi lado, siempre me abrazaba y me hacia sonreír. Hasta puede ser, que su sonrisa me gustara demasiado, y junto a ello su mirada.
No podía creer que me estubiera pasando otra vez. ¿Querer a alguien nuevamente? ¡No podia pasarme eso!
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Como estrellas fugaces✨
Teen FictionEsta pequeña historia tratará sobre la juventud, la sociedad actual, los amores, y la amistad.