Cada día Ivan y yo nos hacíamos más inseparables.
Él no ers el típico chico cachas, al que todas las chicas le van detrás. Él era un chico con un cierto encanto que sólo parecía haberlo encontrado yo. Tenía una mirada en la que me perdía, y una sonrisa perfecta. No había día en el que me fuera a casa sin darle un abrazo.
- No me gusta verte triste, vales mucho como para dar importancia a personas como él.- me dijo intentando sacarme una sonrisa.
- Ya lo sé Ivan... Pero es que él lo era todo para mi.- dije muy triste.
En ese momento Ivan me abrazo y me sentí libre entre sus brazos. Me sentía segura de mi misma. Estaba feliz. Y hacía mucho tiempo que no lo estaba.
Mi amiga Maria me vino muy seria y me preguntó:
-Aina, pero a ti te gusta Ivan?
-Que me va a gustar Ivan? Sólo es un amigo que me ayuda mucho, y que consigue hacerme sonreír. - Le dije en tono enamoradizo.
-Lo sabía, te gusta.- dijo Maria.
-No sé si realmente me gusta, prefiero mantenerme al margen sobre el tema de chicos hasta que no tenga superado el tema de Ricard.Era evidente que me hacía la fuerte en el instituto, ya que no podia venirme abajo cada vez que le veía o cada vez que escuchaba a hablar de él. Pero en cuanto llegaba casa no había día en que no se me escapará alguna lágrima. Que alguien a quien tu realmente quieres te trate con tanto desprecio duele y hace mucho daño.
Tiempo al tiempo fui superandolo, entre otras cosas gracias a Ivan. Ivan estaba con una amiga mía saliendo y yo desgraciadamente me tube que enterar de que ella se habia liado con otro a sus espaldas. No podía permitir que Ivan siguiera engañado, tenía que hacer algo... Pero lo tenia que hacer con mucho cuidado. Una relación no es de tres.
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Como estrellas fugaces✨
Teen FictionEsta pequeña historia tratará sobre la juventud, la sociedad actual, los amores, y la amistad.