Subaru X Lectora: Un pequeño capricho.

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Ya hace unos meses habías llegado a la mansión Sakamaki, en la cual eras tratada como la futura Eva. Y tus lazos con los Sakamakis eran un poco raros. 

Ni enemigos, ni amigos, sólo simples conocidos.
Pero a pesar de todo, te llevabas bien con ellos; en especial con el menor de la familia: Subaru.

Últimamente éste se comportaba de manera extraña, tartamudeaba y temblaba levemente al acercarse a ti. "Debe ser que le da vergüenza hablar con las chicas", asumiste al notar el comportamiento del albino.

Pasaban los días, y cada vez era más distante, por alguna razón te evadía y se enojaba si alguno de sus hermanos o de los Mukami se te acercaba. 
Sin duda, era algo extraño, te evitaba pero te protegía a la vez. 
Pero, había que recordar que únicamente eres su comida, así que si ponemos esa situación con algún humano, era algo más lógico.

[ Digo: ¿Quién no se enojaría si tocasen ese preciado chocolate que guardas con todo tu cariño en la nevera? (?) ]

Pero bueno, volvamos a la actualidad. 

Caminabas por los pasillos de la mansión un poco atontada, habías dormido poco y él. . . mejor dicho: Subaru. Había extraído bastante de tu sangre. 

Al caminar por la mansión, tu vista empezaba a nublarse e ibas perdiendo lentamente el conocimiento. Por suerte, llegó Subaru a recogerte antes de que cayeses vencida al suelo.

Al despertar, veías que todo estaba obscuro.

*"¿Dónde estoy?"*

En ese mismo momento en el cual te preguntabas en que sitio te encontrabas, sentiste como si algo se moviese a tu lado. 

Con extrema delicadeza te diste vuelta para no ser ruido, y abriste los ojos como platos al ver un mechón blanco. 

- S-Subaru-kun. . . - 

Ahora todo tenía un poco más de sentido, la obscuridad se debía a que estabas en su ataúd.

Antes de que pudieras empujar la puerta, sentiste como un brazo te rodeaba y te acurrucaba en su pecho. Un rubor brotó de tus mejillas, ¿Acaso él era Subaru-kun? Su forma de ser es un poco rara mientras duerme. . . 

No tuviste más remedio que cerrar los ojos y dormir a su lado, y disfrutar de aquél momento en el cuál sentiste el calor y el contacto de la piel de él. 

Después de todo, dicen que mientras uno duerme, hace lo que no se atreve cuando está despierto. 

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2016 ⏰

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