Desperté a la mañana siguiente con la sensación de querer más. Venían muchos momentos a mi cabeza, pero sin duda, el que más se repetía era el de su respiración entrecortada y sus tímidos susurros.
Pude notar su perfume entre mis sábanas, y embriagado por aquel aroma, me giré para comprobar que continuaba a mi lado. Sin embargo, sentí cómo se me helaba la sangre al ver que sus piernas habían decidido tomar otro camino sin avisar. Sorprendido, enfadado y decepcionado al mismo tiempo, comencé la búsqueda. Exploré cada rincón de la casa, pero se había ido.
Decidí entonces seguir su pista, pasaba las tardes esperándola en la mesa de siempre, pregunté a amigos, conocidos e incluso familia, pero nadie sabía nada de la misteriosa Laura.
Nunca llegué a aceptar que se había marchado, pues junto a mi, siempre estaba su aroma a café.
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Laura
Krótkie OpowiadaniaY por muchas vueltas que le dé, aquella sonrisa era la droga más fuerte, porque sin probarla, consiguió quitarme el sueño.
