Parte sin título 3 la turbación

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y allí estaba Roberto ya de pie junto al auto mirando la puerta de la vieja casa como si esperara una respuesta de ella, la duda cada vez se hacía más grande y lo mantenía inmóvil, turbado; su cuerpo no podía dar un paso más ni tampoco regresar al auto, sentía sus pies pesados como plomo  fruto del temor que se había apoderado de él. Los segundos eran eternos, el tiempo se había detenido frente aquella puerta y ya no queria que corriera el tiempo, sino, que todo aquello nunca hubiese pasado.de pronto surgió un ruido que rompió el silencio, que sacó de aquel hielo en el que estubo paralizado a raiz de sus indesiciones; era un auto que se acercaba hacia el lugar donde él estaba. se digió a pasar la puerta y ya dentro de la oscura casa; aumentaron los temores y la turbación se apoderó de él, su corazón latía tan fuerte que le estrecía todo el cuerpo y enormes gotas de sudor brotaban de su frente, mientras temblaban sus rodillas... sintió abrirse la puerta y otra duda entró en su cabeza, pensó en la posibilidad de que todo fuera una trampa y que fuera un plan para robarle o atracale o hasta matarle; se sentía indefenso, perplejo ¡de pronto! una mano tierna y humeda se deslizó suavemente entre su mano sudorosa haciendo desaparecer por completo todo temor, toda duda. pudo reconocer al instante que era la mano de una mujer.

todabía con un poco de turbación caminó al interior de la casa apretando aquella mano y en busca de un viejo mueble que en muchas otras veces habia visto y usado, tardó varios minutos en hallarlo pero, ya al tocarlo se detubo y al voltear sintió un corazón latiendo junto a su pecho talvez más agitado y una respiración cálida que lo instaba a seguir adelante. 

el lenguaje mudo de la pasiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora