Mi Madre y su pasado I

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Subimos al auto y marchamos hacia la casa, con los sujetos atados inconscientemente en el maletero, tal y cual, como una escena de película, dos sujetos manejando un vehículo a gran velocidad por un camino de tierra dejando polvo detrás de ellos, escuchando música a alto volumen, con el maletero lleno de dos personas desconocidas, atadas en las manos y en los pies; película o no, era la realidad o en su mayoría.

-Hemos llegado- me hablaba, con la mirada hacia la casa.

-¿Bajamos los dos?-

-Si, yo me encargo de mi madre mientra tu ubicas a los sujetos en la cochera-

-Está bien, hagámoslo -

Rodrigo bajó del auto predispuesto a lo que iba hacer, caminando seguro y con una tranquilidad en su rostro muy típica de él; y yo, en cambio, concentrado en mi parte, llevar a esos sujetos sin que note mi presencia por el momento, difícil ya que la cochera esta a simple vista desde la sala de la casa viéndola tras el ventanal que tenía -¡Bueno aquí vamos!- decía dándome aliento. Salí del auto, cerrando la puerta despacio y lentamente, sin el mayor ruido posible y caminando hacia las parte trasera del coche con llave en mano y abriendo la puerta del maletero.

-¡Lo siento no quería interrumpir su momento!- decía mirando a los dos sujetos uno encima del otro como un par de tontuelos enamorados en una escena romántica.

Agarrandolos por la cintura los deje a cada uno de ellos en el suelo, debajo del inmenso sol que impactaba a la superficie y a todo que estaba sobre ella, y con todas la fuerza del mundo, los arrastre por el suelo, sujetando los pies y llevándolos por un camino lleno de piedras pequeñas y pasto; los pasos que daba se me hacían pesados, como caminar atado a una cadena pegada a una esfera de acero, pero en este caso, las cadena con la esfera de acero eran esos dos sujetos que al parecer les gusta comer como cerdo.

La cochera estaba frente a mí, de madera, pintada de blanco, con el portón de metal y una ventana a cada lateral, muy particular, debido a que no tenía una puerta trasera como la mayoría de la cocheras que eh visto durante toda mi vida. Suelto a los sujetos dejandolos en el suelo e intento abrir el portón, que rechinaba fuertemente al abrirla.

-¡¿Qué fue ese ruido?!- se escuchaba una voz desde la casa.

-¡Mierda!- decía agarrando y arastrando a los sujetos hacia la parte detrás de la cochera.

-¡¿Quién esta allí?! - gritaba la mamá de Rodrigo asomándose a la entrada de la casa.

-¡Soy yo, señora!- le respondía saliendo de la parte de atras de la cochera, haciendo una señal de saludo.

-¡Oh! Steven, pense que hoy no ibas a estar aquí-

-Lo se, pero ya extrañaba este lugar-

-Sabes que puedes venir cuando quieras-

-Se lo agradezco-

-Mamá es hora de irnos- le hablaba Rodrigo con bolsos en las manos.

-Esta bien, pero cuiden la casa como su propia vida, que es lo único que tengo como de recuerdo de tu padre- desanimada y con nostalgia en su mirada.

-Tranquila mamá y cambia esa cara que solo es temporal-

-Bueno-

-Steven cuida la casa mientras nos vamos, ¿vale?- me decía guiñando el ojo

-Vale, conmigo estará a salvo, vayan tranquilos-

-De eso estoy seguro- me decía subiendo al auto de su mamá y ella al mismo tiempo.

Poco a poco se iban alejando del lugar, la silueta del auto se hacia cada vez mas pequeña perdiéndose en el horizonte, hasta perderla de vista-¡Ahora si sigamos en lo que estábamos- le hablaba a la nada. Al regresar a la parte trasera de la cochera noto que los sujetos estaban intentando huir moviéndose como culebras y apoyándose uno con el otro para levantarse y desatarse.

-Lo siento señores, pero sigan durmiendo- le comentaba con una botella en mano que encontre tirada en el suelo.

Los golpe fuertemente en la cabeza, dejándolos nuevamente inconsciente y sujetando sus pies, fui entrando con ellos dentro de la cochera; dentro de ella no había absolutamente nada, totalmente vacía, obligándome a atarlo junto a la estructura de ella, por el momento hasta encontrar unos asientos mas cómodos y cerrando el portón para evitar futuras fugas.

-Me pregunto de qué serán esos documentos, ya es hora de saberlo- pensaba caminando hacia la casa.

El interior de la casa estaba idéntico desde la última vez que vine a este lugar, los muebles de cuero mantenían su posición, ni tan lejos de la entrada y ni tan cerca, a igual que todos los adornos de la casa ubicados simétricamente en las paredes y las repisas colocadas en cada esquinas de la sala con su respectivo florero sobre esta. La intriga me mataba a cada minuto mientras estaba sentado en unos de los muebles en la sala y el pensamiento de saber que había en esos documentos me daban vueltas varias veces, así tomando la decisión de levantarme y dirigirme al auto, y allí estaba el auto estacionado de frente de la casa, con los documentos en su interior.

-La caja la siento más liviana que antes, ¿porque será?- me preguntaba, con la caja en las manos y regresando a la casa para colocarla en el mesón de la cocina.

Apoyando las manos sobre el mesón, retiro  la tapa de la caja, dejando en descubierto lo que contenía dentro de ella, llena de papeles referentes a la propiedades que desconocía, todas al nombre de mi madre, la escritura de la casa, un cuaderno desgastado y con notas en el y una cadena de cuarzo con su nombre en relieve. -Definitivamente todo esto era de ella- pensaba mirando las cosas una tras otra, intentado recordar en que momento mi madre escondio esta caja. Y al final del todo se encontraba una nota escrita a mano, con letra cursiva y una firma al final, acompañada de unos números en la esquina similar a un número o un código.



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⏰ Última actualización: Oct 28, 2017 ⏰

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