MinJun

HYUNG JUN POV

Era un mal día para tratar de olvidar a aquel hombre que significaba mucho más de lo que podía aceptar. Era esa presencia dominante, de espalda ancha y de excitante piel acanelada la que no podía enterrar en sus pensamientos, así como el dulce aroma de su cabello achocolatado traído por el viento. Los ojos almendrados que lo miraban fijamente quemándolo con las pupilas dilatadas y perdidas en una sola imagen. Ese hombre relamía sus labios carmesí que luego se contrastaban con los dientes blancos mordiendo su propia boca anticipándose al deseo. La espina dorsal de Jun, se sacudió y se maldijo cuando dio en la cuenta de que aquel semblante gatuno era capaz de enardecerlo y extasiarlo. Toda su inocencia había sido cambiada por el libido que provocaba en él la existencia de ese hombre de nombre Park Jung Min. Era difícil, se negaba a ceder ante la insaciable nostalgia que le producía verlo de nuevo, después de tanto tiempo parecía que aquello había reclamado un lugar en su corazón haciendo que muchas veces le duela hasta respirar. Quería demostrar que ya había crecido, que podía parar de soñar silenciado acerca de las cosas que Min le hacía. Pero hoy precisamente, Park hacía imposible el hecho de conocerlo sin amarlo, de amarlo sin demostrárselo. Porque había sido seducido completamente, sellado con devoción absoluta a sólo él. Porque ansiaba desde siempre el quedar hecho trizas cuando Min decidiese tomarlo, sentiría la alegría de su tacto como nunca, perdiéndose en el deleite del dolor infinito cuando penetrase en él, mezclado con la impaciencia de los besos desordenados que repartiría por todo su cuerpo mientras se quemaba con sus miradas orgásmicas. No quería tener otro dueño que Min, ni que éste sea de nadie más que él, porque hoy confiesa que lo ama y no hay nada mejor en una confesión que la que contiene su propio corazón.