JUNG MIN POV

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Y ahí se encontraba de nuevo frente a él. Sólo él, el más joven, el más exquisito y el más inocente de todos: el Maknae. Era tan provocador que casi sentía su cuerpo delirar. El calor en todo su cuerpo había incrementado al punto de hacerlo sentir abochornado de sí mismo. No podía evitar la clara visión de arrancar su deliciosa pureza tal como un recién casado que desgarra impaciente el vestido de novia. Afinando la mirada, recorrió con ojos sedientos la pálida piel del cuello pensando en cuán deliciosa podría ser si la llegase a probar. La línea de la yugular por donde su lengua hambrienta pasearía. Subiendo la vista hasta el rostro cándido donde los labios color rosa esbozaban una tierna sonrisa desprendida de todo pecado. Labios ingenuos e inadvertidos de los gemidos que él le arrancaría, gritando su nombre una y otra vez. Necesitaba eso de él, por el solo hecho de que él no era alguien más. Aquellas barreras morales que diligentemente había construido hace 10 años, se habían derrumbado fácilmente con aquella escena donde su imaginación voló descaradamente sobre Junnie, avergonzándose de sus pensamientos incesantes hacia el menor. Pero Park Jung Min no dudó ni un segundo, desde el momento en que lo vio supo que era suyo. Aunque nunca le hubiese dicho esas palabras, hoy estaba dispuesto a dejárselo en claro. Porque moría por hacerlo suyo y por sólo pertenecer al maknae que le había robado el aliento desde siempre, era el día donde ese semblante tímido le pertenecería colándose en su alma y en su cuerpo poco a poco. Estudiando cada forma en su desnudo cuerpo con pasión y recorriéndolo con labios calientes sellándolo con amor. Estrujarlo incontables noches con exquisitez violenta, demostrándole que es adicto a una sola existencia, porque hoy su corazón es el que habla y lo único que queda es demostrarle cuánto lo ama.

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