La noche más larga de nuestras vidas.

67 2 2
                                    


Una sonrisa, una mirada, un beso apasionado desatan completamente la locura de cada uno.

El aquel chico de cabello azabache movía sus manos por el pecho de aquel castaño que acababa de conocer. Borrachera, calentura y erotismo hicieron que terminaran en un barato cuarto de hotel donde las parejas como ellos van a sacar el deseo que se provocaron en una larga noche de alcohol o drogas.

En aquella cama el joven castaño le provocaba con la mirada, su respiración agitada después de recibir aquellos besos que le brindaba el azabache. También el alcohol le hacía delirar sintiendo su cuerpo caliente y lleno de deseo. Como una bestia busco los labios del más alto para un largo beso húmedo. Sintió la mano del azabache pasar por debajo de su camisa, caliente y suave.

Esa traviesa mano busco uno de los pezones del joven quien se tensó al sentir ese roce. Sonrió sintiendo como era apretada esa zona tan sensible para él.

Suaves jadeos, la habitación acalorada llena de una suave esencia a vainilla que inundaba esta.

Sin ningún tipo de cuidado el azabache se levantó quitando su cinturón con agresividad. Se quitó el pantalón y la ropa interior que traía. Vio al joven y tomando fuerte mente su cabello hizo que se acercara al miembro erecto. El castaño con su razón perdida en el olor del miembro y el alcohol injerido sin dudar lamio la punta de este haciendo que el más alto buscara de manera brusca el placer que quería. Tomando el cabeza del castaño hizo que lo metiera en su boca, este reacciono rápido y lamio con su lengua todo en su boca, también puso sus manos cerca de las piernas del mayor ya que se ahogaría si seguía así.

El mayor con fuerza golpeo las manos del joven y le ordeno que las pusiera detrás de su espalda, este con una sonrisa lujuriosa y lasciva obedeció mientras dejaba que el azabache hiciera lo que sea con su acalorada boca.

Los movimientos de su lengua hacían eco en los oídos del mayor, haciendo que jadeara y se llenara de placer hasta que simplemente quito la boca del menor. Este confundido le vio con su lengua afuera con gotas de aquel líquido pre seminal que había liberado el joven en su boca. El mayor tomando el cinturón de vio de manera maliciosa haciendo que el menor con una suave sonrisa erótica supiera lo que quería hacer. El menor con tranquilidad coloco su trasero expuesto delante de el para que le golpeara con aquella gran y ancha tira de cuero.

El azabache acaricio de manera ruda aquellas suaves nalgas y con fuerza azoto contra la piel del menor. Este aferrándose a la cama apretó con fuerza las sabanas. Todo de él vibro en ese momento y un extraño placer recorrió todo su pequeño cuerpo.

La nalga quedo lógicamente roja y caliente lo que hizo que el mayor sonriera lleno de deseo. Movió de manera rápida el cinturón y volvió a golpearle. Su sonrisa se hizo amplia al escuchar el grito de dolor y placer que sintió el menor por lo que no dudo y le golpeo nuevamente teniendo el mismo efecto.

El castaño lleno de placer en su mirada pedía más dolor con aquel cinturón, era extrañamente excitante y le llenaba de deseo.

Después de fuertes nalgadas con el cinturón el mayor sonrió y noto que el lindo trasero del menor estaba rojo. Dejo el cinturón a un lado abrió esas nalgas para ver una dilatada entrada, sin poder evitarlo metió su miembro en la cavidad haciendo que el castaño arqueara su espalda recibiendo fuertes embestidas dentro de él. Se estaba volviendo loco de placer y eso podía verse en su mirada descolocada, llena de placer y deseo.

El mayor tomaba el cabello del castaño con fuerza mientras le embestía y daba pequeñas nalgadas en el proceso.

Jadeos, sexo violento y gemidos llenaron la noche más larga que ambos hayan vivido. Lleno de alcohol y sentimientos explotados que en una situación normal nunca hubieran hecho.

Ambos después de tanto movimiento llegaron al tan esperado orgasmo. El azabache llenando la cavidad del menor y el último manchando las sabanas de aquel pequeño cuarto de hotel.

El castaño era el más cansado como pudo se recostó en la cama quedándose dormido en el momento en que toco la almohada y el mayor junto a el quien igual de cansado acaparo las sabanas para sí mismo dejando al menor desnudo mostrando sus rojas nalgas que eran la prueba de la gran noche que pasaron.

La noche más larga de nuestras vidas //Yaoi Español//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora