Epílogo O3.

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-Kris -lo llamó una tenue voz-. Kris... Kris gege.

-¿Ahh? -gruñó sin abrir los ojos.

-Gege, ya llegamos a China; despierta.

Suspiró profundamente, frotó sus ojos y, mientras su visión se volvía más nítida, comprobó por la ventanilla que realmente estaban en el aeropuerto de Guangzhou.

-Finalmente en casa -sonrió suavemente viendo hacia el ocaso-. Vámonos, Xing.

Los dos jóvenes bajaron sus equipajes de mano de los compartimientos del avión, fueron de la mano todo el camino hasta el interior del aeropuerto para recoger sus demás maletas, las cuales Yifan se ofreció a llevar; Yixing, por su parte, se encargaba de cargar al peluche favorito de su novio: Ace. Con unas resplandecientes sonrisas pintadas en sus labios, los muchachos se encontraron con la grata vista de la madre de Kris esperándolos en la entrada del recinto; ambos apresuraron su paso a través de toda la gente que iba y venía de un lado a otro.

-¡FanFan, mi amor! -exclamó la señora Wu en cuanto sus chicos favoritos se acercaron a ella-. Te juro que han pasado treinta años para mí desde que te mudaste a Corea, ¡te he extrañado tanto, mi bebé Fannie!

-Mamá, me fui poco más de dos años, no es la gran cosa -apuntó con una voz seria Yifan al ser atrapado en un fuerte abrazo por parte de su progenitora.

-Eso piensas tú porque no eres padre; de verdad sentí por un momento que no regresarías a mis brazos para que te consintiera, te arropara en las noches y te diera beso de buenas noches -dijo melosamente su madre.

-¡Mamá!

-Ya, ya; ni que fuera algo tan malo -rezongó la señora Wu, despegándose y desviando la mirada de su hijo hacia un divertido Lay que luchaba por no estallar en carcajadas-. Hola, mi pequeño Yixing, ¿cómo estuvo el viaje?

-Estuvo bien, muchas gracias, señora -respondió.

-Yifan se durmió, ¿cierto? Por eso está tan gruñón ahora.

-Mamá, por favor no hables de mí como si no estuviera aquí -dijo el joven Wu.

-Desperdiciaste tu turno de hablar conmigo, ahora estoy en medio de una conversación con Yixing -la señora Wu entonces tomó del brazo al joven Zhang y lo hizo caminar a su lado, alejándose rápidamente de Kris-. Ese hijo mío realmente no aguanta nada de bromas cuando recién se despierta, tiene el carácter de su padre; debes pasarla mal en las mañanas y después de sus siestas.

-Bueno... Algo -respondió nervioso, mirando por encima de su hombro cómo su novio luchaba para llevar el equipaje él solo-. Pero todavía pienso que es adorable cuando despierta.

-Yixing, eres un ángel -le dijo la mujer con un tono de voz muy enternecido y meloso.

-No, para nada...

-¡Claro que sí! -exclamó la señora Wu, palmeando el brazo de Yixing-. Nunca en mi vida había conocido a alguien como tú que aguantara el mal humor de Yifan y mucho menos que lo encontrara adorable. Debes estar muy enamorado de él.

Inevitablemente, el chico unicornio se cohibió y se sonrojó ante tal comentario de la que podría llamar «suegra», cosa que ella notó de inmediato para después limitarse a reír tiernamente. Kris, siguiéndolos desde atrás, pensó que en realidad se estaban riendo por algún comentario de su madre sobre sus historias de travesuras infantiles; sin embargo, cuidando las maletas con toda su ropa y la de Lay, no pudo acelerar el paso para evitar que continuasen hablando.

Luego de haber manejado veinte minutos desde el aeropuerto hasta su hogar con su madre cotilleando sobre él con Lay, Kris finalmente estaba acostado en la comodidad de su sala, descansando parcialmente de todo su viaje. Todo.

Ordinary day: Afterwords.↔[HunHan - HanHun]©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora