Parte única: Deseo entre el bien y el mal.

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La primera vez que su corazón se estremeció,  fue cuando lo vio llorar. Kyuhyun estaba sentado en el piso del departamento…  completamente ajeno a la llegada de Ryeowook.  Completamente sumergido en sus pensamientos.

Ryeowook se aproximó con cautela, y observó la tenue luz que hacía casi imposible ver bien por donde iba. Tropezó con una botella de licor y maldijo por lo bajo. Estaba ebrio otra vez.

Suspiró y se dejó caer sobre el piso a su lado, resbalando su cuerpo por la pared, sin dejar de observar la mirada perdida del menor.

Kyuhyun giró para encontrarse con su mirada y le sonrió. Pero la sonrisa no llegó a sus ojos, que estaban sin brillo. Apagados, sin vida. Como todo él.  Y Ryeowook pensó que era lamentable verlo en ese estado. Aquel que sonreía sin problema frente al mundo, y que en las noches se ahogaba con una botella de licor. Queriendo ahogar sus penas,  haciendo más llevadera la rutina, a solas.

ㅡ Ryeowook hyung ha llegado temprano… ㅡ exclamó el menor, sin siquiera mirarlo a la cara.

ㅡ Estás borracho otra vez. ㅡ Ryeowook siempre lo reprendía cuando lo encontraba borracho, o pasado de copas.

Sabía que al menor le gustaba el alcohol, y de vez en vez él lo acompañaba a tomar una copa. Pero últimamente el olor a alcohol invadía el cuerpo del chico, y eso era algo reprobable por parte del eternal maknae. Quien siempre había hablado con él con la verdad, con las cosas como eran. Sin rodeos.

Kyuhyun sonrió torpemente y negó en un gesto. Ryeowook se dio cuenta que aún estaba en sus cabales. Y suspiró un poco más tranquilo.

ㅡ No puedes seguir de esta manera Kyuhyunee. Debes esforzarte por dejar todo atrás.

ㅡ Es lo que hago. Estoy esforzándome.

ㅡ No se nota.

Kyuhyun bajó la mirada, y su diestra se dirigió hacia su hyung, tomó su mano con libertad, como si estuviese acostumbrado a entrelazar sus dedos, y así lo hizo. Entrelazó sus dedos con fuerza, y dejó que su pulgar acariciara la suave piel blanquecina de su compañero de departamento. Ryeowook tenía una bonita piel, él siempre lo había pensado… incluso se lo había dicho, varias veces, hacía mucho tiempo. Cuando las cosas iban mejor. De alguna manera le tranquilizaba trazar aquellos círculos, le agradaba… muy en su interior, tener que escuchar los regaños de su hyung, de enfrentar la mirada molesta y las cejas fruncidas cuando se pasaba de copas.

Porque significaba que le importaba, y eso lo hacía sentir bien… pese a lo mal que estaba.

ㅡ En verdad lo intento. Pero...

Ryeowook lo observó con detenimiento. Sabía que se esforzaba, pero sabía que dolía,  claro que dolía.  Él mejor que nadie conocía la sensación a flor de piel.

Y es que el pasado de Kyuhyun tenía nombre y apellido. Y era uno que pesaba sobre sus hombros desde hacía tiempo. El Maknae no podía evitarlo. Y Lee SungMin no desaparecía por completo. Pese a los esfuerzos que el otro hiciera. Porque lo veía con frecuencia.  Porque el corazón no suele sanar de esa forma.  Porque la herida seguía abierta.

Ryeowook estaba seguro de que el menor hacia el esfuerzo, todos los días trabajaba… a veces hasta muy tarde, y siempre se mantenía ocupado. Como para que sus pensamientos no salieran a flote. Como para no tener la ocasión de pensar en SungMin. El chico era su amigo, ambos lo eran… pero le partía el corazón ver a KyuHyun de aquella manera por los rincones. No podía darse el lujo de tomar partido, pero si tuviera que elegir… algunas veces, muy en el fondo, aceptaba que lo haría por el menor. Aunque eso lo catalogara como el peor de los amigos que hayan existido jamás. No podía evitarlo… cuando lo miraba tan desgastado, porque a él le gustaba el viejo KyuHyun, el que jodía a todas horas, el malvado maknae que siempre se salía con la suya.

Prohibido ❀ KyuWook Donde viven las historias. Descúbrelo ahora