Había mucho ruido, demasiado tumulto. No me gusta este tipo de ambiente, mucha gente, música muy alta...Definitivamente no es lo mío. Pero tenía que estar aquí, por obligación, era el cumpleaños de mi hermana pequeña, su 16 cumpleaños, y ya había sido bastante egoísta con ella desapareciendo en sus anteriores cumpleaños, esta vez tenía que ir, tenía que estar allí, aunque solo fuera para saludar, felicitarle y darle su regalo. Este año sí, me lo había currado mucho, le había comprado el vestido que vio cuando fuimos al centro y sabía que le encantaba. Ni siquiera yo mismo me pregunto como he sido capaz de pagarlo porque, dios mío, ¿doscientos dólares un vestido? Excesivo, demasiado, pero por Alex lo que fuera.
En cuanto entré al local me golpeó un fuerte aroma a tabaco y alcohol. ¿De verdad esto era una fiesta de adolescentes? Vale, nunca he estado en una, no debería prejuzgar este tipo de...celebraciones. Fui hacia la mesa donde estaba mi hermana y le tendí el paquete
-¡Ey, Alex! Muchas felicidades, te he traido un regalito.-
Un regalito de doscientos euros, sí, poca cosa.
-¡Michael! Que sorpresa, pensé que no vendrías, venga, siéntate y pide algo de beber
-No, no te preocupes, solo quería felicitarte y traerte un regalo, ya me vuelvo a casa
Ella lo sabía, sabía mi problema, por lo que no insistió mucho más cuando le dije que me iba, se acercó, me dio un beso en la mejilla y me agradeció que me hubiera pasado por allí y se volvió con sus amigas mientras yo salía del local.
Ya era de noche.
Siempre me había sido mucho más agradable salir a la calle de noche. El día me confundía, había mucha gente a mi alrededor, muchas luces, me desorientaba. Mi madre siempre me decía de pequeño que cuando salía a la calle parecía un conejo delante de los faros de un coche, me paraba desorientado esperando a que me atropellase lo que fuera, sin reaccionar. Y no se lo niego, puede que sí fuera así. Pero tenía mis excusas, creo.
Mi madre siempre pensó que estaba loco, desde el primer momento. En cuanto empecé a hablar y a relacionarme, mi madre sabía que no era normal, que tenía que ser esquizofrénico o simplemente estar pirado. Por ello me hizo cientos de pruebas cada cual más compleja que la anterior, pero todo parecía estar bien en mi cabeza, parecía no haber ningún problema, pero mi madre no parecía estar nunca convencida. ¿Por qué pensaba mi madre que estaba loco? Simple. Veo fantasmas.
¿Ya habéis acabado de reíros? ¿Todavía no? Vale, espero un poco más...
Pero es verdad, sé lo que veía, sé lo que veo, y sé lo que veré, no estoy loco, simplemente desde siempre soy capaz de relacionarme con éstos, de hablarles, de comprenderles. No siempre es bueno, a veces la gente se asusta ante esto, por eso es que nunca me he relacionado con nadie. Bueno, salvo con Nathan. Él y yo hemos sido amigos desde que tengo memoria, y fue al primero que le conté sobre mi problema. Él es el único que siempre ha confiado en mi y que jamás ha pensado
que estuviera loco. No sé que habría hecho sin él, es mi mejor amigo.
Ya estaba llegando a casa, veía la puerta al fondo de la calle, cuando las luces de las farolas se apagaron de golpe. No es que la oscuridad me asuste, pero me alarmó el hecho de que hubiera sido tan de pronto. Buscaba en el bolsillo el móvil para poder iluminar algo cuando noté un golpe en la cabeza y caí al suelo, inconsciente, oyendo de fondo algunos murmullos, que no pude comprender ni siquiera si eran en mi idioma.
Empecé a despertar, no sé cuanto tiempo pasé ahí tirado. Empecé a abrir los ojos, todo seguía oscuro, ninguna luz encendida, sin embargo podía ver todo a mi alrededor con completo detalle, aunque esto no me preocupaba en un principio.
Oí una voz.
-Eh, eh tú...
Miré a mi alrededor, no veía a nadie, no sabía de donde provenía, quizá me lo estaba imaginando por el golpe, así que simplemente me incorporé para ir a casa.
-Tío, no me ignores, necesito tu ayuda.
Volví a oír ese susurro por lo que volví a mirar a mi alrededor, pero no había nadie.
-¿Quién me habla? ¿Donde estás? - Dije alzando la voz para que, sea quien sea que me estaba llamando, saliese de su escondite. Sin embargo enseguida una mano me tapó la boca para que me callase. ¡Mi propia mano! ¡Sin embargo yo no había hecho nada!
-Callate y escucha... Lo siento por el golpe pero ha sido completamente necesario. No te alteres, pero estoy dentro de tu cuerpo, así que si no colaboras puedo matarte desde dentro. No te confundas, no soy un mal tío o algo así, solo necesitaba esconderme, así que ahora ve a un lugar seguro y en cuanto lleguemos te explicaré todo lo que pasa.
Quería creer que todo esto era un sueño y que aún estaba tirado en el suelo, inconsciente por el golpe, sin embargo, con todo mi cuerpo temblando, conseguí caminar hacia mi casa, y al llegar fui directamente a mi habitación, palpándome un poco el cuerpo, pellizcándome incluso para asegurarme que estaba despierto.
-Vale, no puede ser, estoy tirado en la calle inconsciente seguro, despierta, vamos, ¡despierta! -.
Repería mientras me pellizcaba una y otra vez las mejillas.
-Cálmate, vivirás más tiempo.- Habló de nuevo aquella voz, y yo me giré inconscientemente, buscando que, de verdad todo esto fuera una broma y hubiera alguien detrás de mi, pero detrás de mi solo había un espejo. Sin embargo, el reflejo del espejo dejé de ser yo, reflejaba a un chico rubio, con una gorra colocada hacia atrás y una chaqueta universitaria, y el reflejo empezó a hablar ante mi cada vez mayor asombro.
-¿Eres Michael, no? No me digas que me he vuelto a equivocar...
-No, soy...soy yo, soy Michael...¿Quién demonios eres y cómo te has metido en mi cuerpo?
-No puedo explicarte gran pero te diré lo principal, me llamo Iván y necesito refugio y ayuda porque
me están persiguiendo.
-Eres un...
-Sí, fantasma.- Me interrumpió.- Me sorprende que actúes así, si eres el Michael que busco ya debes estar acostumbrado.
-¡A verlos, no a que se metan en mi cuerpo! ¡Sal de ahí enseguida!
-Sí, eh...No, no puedo hacerlo. Sé como entrar pero no como salir.
-...Estás de broma, ¿cierto? No puede ser. ¡Es una locura! ¡No puede haber un fantasma dentro de mi cuerpo, es de locos! ¡Es imposible, imposible! .- Antes de que siguiera divagando mi propia mano me abofeteó.
-Cálmate, tío, te explicaré las cosas cuando sea conveniente. Ahora bien, me persiguen a mi, es decir, también a ti, porque ahora estamos juntos en esto, así que tienes que ayudarme.
-¿Y si me niego a hacerlo?
-Nos matan. Bueno, a ti, yo ya... -Dijo mientras se reía. ¿Cómo podía parecerle cómico todo este asunto?
-¿Y a ti?
-Eso es otra de las cosas que te diré más adelante. ¿Vas a ayudarme o no?
-¿Acaso tengo otra opción?
-Así me gusta, Mike.
Resoplé sonoramente, tanto por el hecho de que me llamara así, como por el hecho de...del ENORME problema en el que me había metido este tío. Me fui a sentar a la cama, exhausto, pensando que demonios hacer con todo esto.
-Oye, estás dentro de mi cuerpo, eso significa que...¿puedes leerme la mente?
-No, pero si intentas boicotearme lo haré yo y desde dentro, no me la juegues, Mike, te necesito.
-¿Exáctamente para qué me necesitas?
-Mañana lo averiguarás.
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¡Que no estoy loco, solo veo fantasmas!
FanfictionEs lo primero que escribo en mil siglos(?) así que espero que no seáis demasiado malvados conmigo y que lo leáis y tal y bueno, lo seguiré si me inspiro/si gusta/si me aburro y un montón de factores mas(?) Así que ale, a leer y disfrutar(?) ...