Prólogo III

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Al bajar del taxi una ráfaga de aire frío me erizo la piel, mire a los lados y me acomode el pelo en una coleta mientras el conductor bajaba mis maletas de la cajuela, le di las gracias y camine hacia la entrada, sería un problema el encontrar a Dante entre tanta gente pero si no mal entendí a su madre tomaría un vuelo a las 12:30 hacia Londres, mire mi reloj de la muñeca, ya debería de estar ahí, mire a los lados, sin alguna pista de el me encamine a la puerta de mi vuelo.

Ya a las 12:15 me encontraba formada para abordar el avión, es que acaso el idiota no llegaría? O me equivoque de vuelo, mire hacia atrás, era la última en la fila, volví la vista hacia adelante cuando una azafata me pedía el boleto para entrar, se lo di volviéndome de nuevo hacia atrás, y en ese momento a lo lejos vi a un chico de pelo entre negro y azul venir corriendo hacia la puerta, la azafata me dio la bienvenida, yo entre al pasillo con una sonrisa de medio lado en los labios. Si había sido el vuelo correcto.

Ya en el asiento que me había tocado, 27 junto a la ventanilla, tome mis audífonos de diadema y deje que reproducirá cualquier canción de mi lista, para así olvidarme de algunas miradas sobre mi (algunas de hombres, otras por mi curioso color de cabello rojo carmín), mientras miraba por la ventanilla alguien se sentó junto a mi, sus ojos azules me decían hola, era Dante, bueno al parecer no me recordaba, sin responder a su saludo me dirigí de nuevo a ver el paisaje, mi sonrisa apareció de nuevo, que desagradable pero afortunada coincidencia...

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