☆ Capítulo 1 ★

9.1K 587 411
                                    

Todos estaban aterrados, escondidos detrás de una montaña de basura que había en aquel lugar, sin hallar solución alguna para resolver aquel gran problema.

Y, ¿cuál era el problema?

Nagisa.

Al parecer, Yanagisawa le implantó unos tentáculos en la espalda; los mismos tentáculos que alguna vez tuvieron Itona y Kayano, ahora los tenía Nagisa.

Todos estaban escondidos, pensando; a excepción de Koro-sensei, que intentaba distraer al pequeño.

—¡¿QUÉ HAREMOS?!— Preguntó Nakamura, exaltada.

—¡TE MATARÉ, KORO-SENSEI!— Los gritos del chico poseído por los tentáculos agobiaba a los presentes.

—Ya sabemos lo que hay que hacer: calmar a Nagisa... Pero aún no sabemos como noquearlo.— Karasuma repasaba el avance que tenían, el cual era casi nulo.

No había mucho tiempo. Si no encontraban la solución, los tentáculos acabarían a Shiota por sí solos.

—¿Noquearlo?, ¿como cuando él besó a Kayano?— Preguntó curioso el Ikemen de Isogai.

—Sí... pero tiene que ser algo aún más fuerte. Siempre he sabido que Nagisa tenía algo especial –y sombrío– que me hacía desear nunca tenerlo como enemigo.

—Una serpiente con tentáculos... ¿Eh?—El comentario del pelirrojo atrajo las miradas de toda la clase, incluyendo las de Karasuma e Irina.

—¿A qué te refieres con eso, Karma?

—Lo tengo... Sé cómo detenerlo.— Susurró, mas no lo suficientemente bajo como para que no lo escucharan.

Antes de que pudieran hacerle alguna pregunta, salió de su escondite y fue corriendo donde se encontraban Koro-sensei y Nagisa.

—¡¿Qué haces?! ¡Vuelve aquí!— El hombre pelinegro le ordenó al pelirrojo regresar, a lo que éste ignoró.

Akabane sabía que el militar no concedería aquel plan, por lo que no podía explicarle de qué iba, y mucho menos el resultado final.

Sacó un cuchillo y se puso entre su profesor y su amigo.

—¡VETE, KORO-SENSEI! ¡Puedo hacerlo reaccionar!

—NYAAA, ¡KARMA-KUN! ¡Aléjate! ¡Podrías hacerte da-!— Pero el chico de cabellos celestes aprovechó el momento de distracción para atrapar al ser amarillo y lanzarlo lo más lejos posible. Quitándolo del camino.

Todos los presentes estaban estupefactos con lo sucedido; habían perdido de vista a su profesor a medida que se alejaba por los aires. Llevaron sus miradas de vuelta a sus compañeros de clase que peleaban entre sí.

El peli-celeste comenzó a atacar a Karma, pero éste lograba esquivarlos. Sus tentáculos eran rápidos, pero no tanto como los de Itona, Kayano y Koro-sensei. Sólo eran humanamente rápidos.

—¡NAGISA!— Akabane le reprochaba entre ataques y esquivos—. ¡DATE CUENTA DE LO QUE HACES!

-Me doy cuenta.—El chico de orbes ya no tan celestes –cegados por la sed de sangre y el poder de los tentáculos–, rió con amargura —, ¿No estás feliz por ello? Es lo que querías.

—¡NO DE ESTA FORMA!— Karma empezó a cansarse de tanto esquivar los ataques de su amigo.— ¡Tú no querías esto! ¡Querías salvarlo! Y yo... yo lo acepté. Por ti, porque querías que te escuchara. Y lo hice.— Un tentáculo golpeó el suelo a un lado suyo, casi rozando su brazo.

—Entonces...— Las venas de Shiota empezaron a hincharse desde la zona de la espalda y sus ojos empezaron a tornarse rojos.— Te mataré a ti. Luego me encargaré del pulpo.— Con una sonrisa maníaca –digna de temer– siguió con sus ataques.

Siempre Contigo. ||Karmagisa|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora