"Desde él"

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Despierto algo adolorida, últimamente he soñado cosas muy espeluznantes -desde que conocí a Dylan y su mano rozó con la mía al momento de darle mi número en un papel sentí un escalofrío -son cansadas las pesadillas porque siempre termino corriendo por mi vida.

Thomas ya se encuentra sentado en el sillón pequeño que está en el rincón más oscuro de mi habitación.

"Dormiste bien, por lo que veo"

-Tú lo causaste.

"No te entiendo"

-No te hagas imbecil, sabes a lo que me refiero.

"Las pesadilla, no soy cosa mía"

-Entonces, quién lo hace.

"Tú"

-Pero...

No puedo terminar porque Thomas desaparece, al preguntarle de las pesadillas hasta él se puso tenso porque sabe lo que soñé y lo que sentí. Thomas y yo, desde que lo conozco tenemos un vinculo en el que él puedo sentir mi tristeza y temor. Por eso mismo, aunque sea lo más despreciable posible, me ayuda y me consuela en los momentos difíciles.

Me incorporo -todavía inquieta-, me voy a bañar para que la lluvia artificial me relaje. Salgo, me cambio y bajo las escaleras para desayunar.Todo es oscuro, me acerco al interruptor y trato de encender la luz pero es inútil porque no se enciende, tengo que bajar al sótano por una bombilla.

*Sótano*

Nuestra casa es demasiado vieja, hay demasiadas telarañas en la puerta que se enredan en mi cabello. Enciendo la luz del sótano, no ayuda mucho ya que sólo es una bombilla en medio de la habitación -me siento como en un cuarto de interrogatorios pero más escalofriante-. Avanzo unos cuantos pasos y alguien toca mi mano, bueno es más bien como si jalaran de ella, volteo y ahí está Dylan con la mirada con enojo y sin ninguna otra expresión.

-Dylan, pero cómo...- le tomo la cara entre mis manos.

-Sólo dejate llevar-quita mis manos de su cara y coloca su dedo índice en mis labios.

Me besa y a mi lado puedo sentir a alguien que me susurra <<"Corre, sino él te hará daño">> es Thomas, lo ignoro y sigo con el beso, de un momento a otro siento algo punzante en el vientre, me separo de Dylan y lo veo, tiene una sonrisa y recorro desde su cara hasta su mano -con la mirada- que ahora está sosteniendo el mango de un cuchillo que está dentro de mí.

Caigo al suelo, lo último que puedo ver es a Thomas con la cara pálida y me desmayo o muero, eso no lo se.





Esquizofrenia| Dylan O'Brien & Thomas SangsterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora