U n o

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Mi móvil suena por un instante, indicándome que he recibido un nuevo WhatsApp.

- Seguro que es él - dice a la vez que suelta una pequeña risa.

Ruedo los ojos y alcanzo el móvil, estirándome un poco en la cama.
Pongo el patrón para desbloquearlo y bajo la barra de notificaciones.

Me centro en WhatsApp y entro en dicha aplicación.

Imbécil: ¿Me conoces de algo para saberlo?

Miro a Lucía, la cuál se encuentra completamente embobada con su móvil.

Cojo un cojín de mi cama y se lo lanzo, no con mucha fuerza, dándole en prácticamente, toda la cara.

Escucho un pequeño grito que sale de ella y no puedo evitar soltar una sonora carcajada.

Sin esperarlo, recibo un golpe con el mismo cojín que había lanzado hace apenas un minuto.
Será bruja.

- Vale, bien, ya pasó - digo dando fin a esta pequeña guerra de cojines que habíamos formado - Tu querido ex me ha contestado.

Ella se limita a fruncir el ceño y a mirarme haciendo una mueca.

- Él suele bloquear a la gente desconocida - se encoje de hombros - ¿Qué te ha dicho?

Cojo el móvil a la vez que vuelvo a desbloquearlo y entro en WhatsApp. Entro rápidamente en su chat y llevo el móvil hasta delante de su cara, sujetándolo con una mano.

Lucía asiente mientras lee cada palabra del mensaje y al poco tiempo, aparto el móvil, tirando de éste hacia mí.

- No, déjamelo un momento - extiende la mano para que vuelva a darle mi móvil.

Alzo una ceja mirándola y al final, acabo cediendo. Le extiendo mi mano con el móvil en ésta y ella no duda ni un instante en cogerlo.

El móvil seguía en su chat, por lo que no creo que vaya a mirar otra cosa.

La veo darle a algún lado en la pantalla del móvil, para luego ver cómo traga saliva y aparta el móvil de su cara. Deja el móvil sobre la cama mientras me mira con la sonrisa más falsa que le había visto desde que la conozco.

- Me he equivocado en una cosa - carraspea y continúa hablando - el último número no era un dos, era un tres - murmura bajando el tono de voz.

Los ojos casi se me salen de las órbitas.

- ¡Lucía! - pego un grito en seco - ¿Y ahora cómo sé yo quién es esa jodida persona? - señalo el móvil enfurecida y respiro varias veces, intentando relajarme.

- Lo siento - dice en un hilo de voz y suelto un bufido.

- Da igual, perdóname - susurro mientras cojo mi móvil otra vez.

Después de desbloquearlo y entrar en Whatsapp, busco el chat de 'Imbécil'. Suspiro al encontrarlo y entrar en él.

Tania: Perdóname, me he equivocado de número. Mi amiga ni siquiera sabe diferenciarlos.

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Bien, quiero deciros que ésta novela no será la típica de WhatsApp que hayáis podido leer.

Sólo pido que tengáis personalidad y no copieis. Más que nada, si no queréis tener problemas después.

Bueno, espero que os vaya gustando, y que es cortísimo, pero quería que acabase en esa parte.

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Besos.

WhatsApp |Daniel Oviedo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora