Él y ella. Timando al Timador.

118 16 4
                                    

Él era sinónimo de destrucción. Era frialdad pura, coquetería por naturaleza, jamás hablaba de mas, no usaba muchas palabras bonitas, Decía muchas cosas sin abrir la boca. Sabía camuflar el furor, entorpecia mentes, Exclamaba lujuria entre su postura seria y poco extrovertida. No escondía nada, Pero no mostraba mucho. No era muy amigo de cupido... era él. Entre sus miles de tormentos e incontables días de paraíso. Tan solo era él,el indescifrable de mil teorías y rumores de todo tipo. Era él, ese hombre calculador y equilibrado... pero llegó ella. Al comienzo el pensó que era otra mujer, una mas. Otra doncella con hataduras; Muy recatada! Pensó entre sus adentros, Y era así? De hecho si era así. Esa mujer de sonrisa hermosa pero mirada tímida. De nervios acongojados y postura de monja. Ella, era justo lo que no lo atraia a él. Pasó desapercibida por su mirada en ese instante...
Te presento a una amiga! Dijo la anfitriona de la noche. Aquella que lo había invitado le estaba presentando a esa muchacha invisible entre el desorden de la juventud. él, Con una sonrisa endeble de poco entusiasmo se presentó ante aquella joven, con un desinterés notorio en sus secas expresiones dio inicio a la conversación. No le coqueteo, no la miro buscando algo, él solamente empezó a hablar con ella de todo un poco. Temas poco atractivos para el ambiente de fiesta. Ella lo escuchaba sin quitarle la mirada de los ojos y así entró a opinar también. Eran dos mentes que se entendían, pero el tenía claro en su cabeza que eso no era suficiente, no era una chispa que diera fuego, no era más que decencia y aburrimiento lo que lo había hecho confrontar esa embarazosa postura. Pasó esa noche y muchas otras en las que ellos hablaban; Pero porque hablar tanto con alguien asi? Tan normal para su entorno de locura? No es tan complejo llegar al entendimiento de la situación. Ellos hablaban sin encontrar fin a un tema y eso es algo muy importante a la hora de crear un vínculo... era extraño, poco a poco se fueron conociendo. Ella supo quien era él y asi mismo le permitió saber quien era ella. Y si, era justo como la había descrito la primera noche. Pero... ésta flor de loto tenía mil secretos y aventuras que ofrecer, al cabo de un tiempo ella logró adentrarse en él, En su mundo.
¿Porque pasa esto?
¿Porque ella?
¿Tan distinta a lo que me gusta?
¿Habrá algo mas?.
Pensaba y pensaba sin hallar respuestas. Efectivamente él cayó y con un brillo distinto al de la primera vez sus ojos sentían necesidad de entrelazar miradas con aquella señorita.
¿Será que si?
¿Será que no?
¿Me estaré equivocando con esta sensación?
¿Y si sólo es un impulso?.
Tras analizarlo de manera exhaustiva recordó que el prefería arrepentirse de lo hecho y no de lo que se negó a hacer. Le pidió una oportunidad. Ella estaba esperando eso. Estaba feliz al oírlo. Pero decirle "SI" Tan rapido?
Tras pensarlo unos días, luego de hacerlo esperar. Ella accedió a su flamante deseo.
A partir de ese momento, el conoció un nuevo mundo, un nuevo infierno, ése nuevo demonio. Ella era tan recatada, Que era la más ardiente y ninfómana mujer. Pero sólo de un hombre. Era la mas loca aventurera, pero sólo quería un acompañante en su viaje. Era la mente más perturbadora que jamás hubiese conocido, pero sólo lo sabía él... justo lo que él temía, sintió en ese preciso instante que no podía alejarse de ella...
Había perdido. El jamás la convenció de entrar en su mundo, Ella le había coqueteado a su manera, lo engatusó , lo engañó, dejó que tomara el control. Cuando él despertó; Había perdido. Ella era la ganadora, Ella tenía el poder, Ella lo había llevado a sus infiernos, Ella era el demonio!

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 09, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Fragmentos De MadrugadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora