Cuando yo era niño cantaba bien, pero al llegar a la pre-adolescencia, mi voz comenzó a desarrorarse y deje de cantar bien, tengo 14 años y se desarrolla una actividad de la escuela por la cual unos amigos me dicen vamos a hacer la invocación (Cantar). En los ensayos ellos me confirmaron que tengo la voz para cantar. Muchas personas les gustó mi voz. Eso me llenó de alegría. ¡Ahora le doy gracias a Dios por eso!
Aveces le he habia a Dios que me diera la voz para cantar y no la había recibido, aveces perdía la fé, hasta que finalmente la desarrollé. Por eso he aprendido a esperar en el tiempo de Dios y no el tiempo mio ni el de cualquier otra persona. Dios me a enseñado a ser paciente al recibir las cosas.
Esto es un testimonio mio real y espero que les guste y sea de bendición para sus vidas!
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¡Nunca Digas No Puedo!
SpiritualEn este libro encontrarás un mensaje de fe y esperanza para jóvenes. Espero que les llegue al corazón y sean ministrados en el nombre de Jesús.